lunes, 23 de abril de 2012

Capitulo 11: Dar gracias para acabar en un ¿por qué?


Me despierto, me acerco a la ventana no entra mucha luz, debe de ser temprano, miro mi  móvil y son las ocho, bajo las escaleras con cuidado y más que nada para no despertar a John, pero el esfuerzo es en vano pues en cuanto mi vista alcanza a verlo, él se levanta aturdido.
-¿Qué pasa?-dice mientras se levanta aturdido.
-Soy yo, siento a verte despertado.
-No tranquila si no estaba dormido.
-Ya, claro. Bueno me voy a desayunar, ¿quieres algo?
-Si, un café por favor.
Le hago un gesto de aprobación y me dirijo a la cocina, me pongo a hacer el desayuno, mientras espero a que el café de John se caliente, comienzo a pensar en que tendré que hacer para que esta pesadilla termine, por que la verdad es que el problema acaba de comenzar. Suenan tres pitidos y el café ya esta listo, lo cojo con cuidado de no quemarme y se lo llevo a John, me siento a su lado y me tomo mi cola cao, en cuanto arrimo los labios a la taza, noto que el cola cao esta muy caliente y por mala suerte me quemo.
-Mierda…-suelto yo sin poder evitarlo.
-Esa lengua-me dice John muy serio mientras se toma su café.
-Bueno es que me he quemado.
-Esa no es una razón para soltar una palabrota.
- ¿A no?
-No.
-Eso ya lo veremos.
Lo miro con malicia y sin comerlo ni beberlo le pego un pisotón, que hace que se levante y se de un golpe con la mesa del salón, entonces empieza a soltar palabrotas a tutiplén.
-Mierda, me cagón…-dice John.
-Esa lengua mal hablado-le digo yo riéndome.
-Pero es que…-John se calla, me sonríe y se sienta, se gira y me mira-no vale-dice en un tono de crío y que yo no me esperaba.
Suelto una carcajada y acto seguido me comienzo a reír de él, la verdad es que no me esperaba aquella reacción, lo que me esperaba era una bronca del aúpa. Cuando por fin pude parar de reír le mire a los ojos, sus ojos expresaban calma, simpatía, mientras que los míos lo único que debían de estar expresando era pánico, la noche anterior, fue cuando me di cuenta de que alguien me quería, pero me parece a mi que no precisamente viva. En el tono más serio que puedo poner e intentando no romper a llorar le digo:
-John tengo miedo.
John me mira, se esperaba aquella frase, me abraza, es la primera vez que a la persona que tiene que cuidar es una cría y no sabe por qué, pero esa cría hace que de el salga una ternura que hacia tiempo que no expresaba. Me sique abrazando y a la vez me acaricia el pelo, recuerdo que eso era lo que hacia mi padre cuando tenia pesadillas.
-No te preocupes estoy yo aquí pequeñina-suelta John en un tono consolador.
Lo miro, gracias a él no he tenido que pasar la noche preocupándome de si iban a entrar en casa y matarme, a hecho que lo poco que duermo sea algo mejor, pero ¿cuánto tiempo estará John cuidando de mi? Más bien ¿Qué pasara después de todo lo de mi padre? Miro a John.
-Gracias-le digo en un tono agradecido.
-¿Por qué?
-Has pasado la noche aquí vigilando de que nadie entrara en mi casa…
-Bueno Paula ese es mi trabajo- me interrumpe.
-Ya pero te has comportado bien conmigo a pesar de que anoche te di un paliza y…
-Bueno eso de paliza en realidad no me dolió- me vuelve a interrumpir, mientras yo pongo una mirada de es obvio que le manque.
-Bueno…, pero te has comportado bien y no como el rancio de tu amigo, te has quedado a vigilar, a pesar de que te pegue un pisotón y me reí de ti no me has echado la bronca y además ahora has hecho que me tranquilizara, no se si te parece poco, pero a mi me parece lo suficiente para darte las gracias.
-Bueno, es verdad, que no me comporto así con otra gente a la que he tenido que atender por casos parecidos, pero es que tu me importas más-me dice mientras me mira a los ojos.
-¿Por qué?
-No lo se, pero sé que no voy a dejar que te hagan daño.
-¿Qué quieres decir?
-Pues que mientras nadie pueda cuidar de ti, el que te cuidara seré yo.
-¿De verdad?-pregunto emocionada.
-Pues claro que si.
Le doy un abrazo muy fuerte, que él acepta sin problemas. Luego me tomo mi cola cao y subo a ducharme, cuando acabo de ducharme y organizar mi habitación ya son la 9 y media, a las 10 Lay me vendrá a recoger, cojo mi bolso y una chaqueta y bajo al salón a esperar a que Lay venga, John que me ve lista para salir, se acerca a mi.
-¿A dónde vas?-me pregunta.
-Pues, es que he quedado con Lay una amiga para ir de compras y después a la hora de cenar ella y yo quedamos con Angel y Dani, más que nada para celebrar el día de Navidad.
-Y ¿Quiénes son ese Angel y ese Dani?
-Pues…Dani es el novio de Lay.
-Si ya y ¿Angel?
-Pues… Angel es mi novio.
-Bueno, vale, puedo hacerte una pregunta.
-Si, claro.
-¿Puedo pasar la Noche Buena con vosotros?
-Pues claro que si, no veo la razón de por qué no, mientras te deje tu familia.
-Si, si…
En ese momento John se pone algo cabizbajo, tiene la mirada perdida, me entra la pena por los cuatro costados, le he dicho algo malo.
-John ¿estas bien?
-Si, tranquila.
-¿He dicho algo malo?
-No, no tranquila, por cierto ¿donde vais a cenar?-dice intentando esquivar el tema.
-Aquí mismo, Lay y yo haremos la cena.
-Que peligro…
El timbre suena, abro la puerta y en efecto es Lay, le pido que espere y voy a el salón, donde John esta pensativo.
-John, ya ha llegado Lay, me voy, ¿Qué vas a hacer?
-Voy a estar aquí todo el día, llamare a mi jefe y le contare que cuidare de ti, ¿sobre que hora llegareis para hacer la cena?
-Sobre las 7 o 7 y media, para que nos de tiempo de sobra.
-Vale, entonces, os ayudare a hacer la cena.
-Ay gracias.
Me arrimo a él,  le doy un abrazo y un beso en la mejilla, el hace lo mismo, me despido, él se queda en el sofá pensativo, mientras escucha como cierro la puerta, ahora yo pienso que es lo que he dicho para afectarlo tanto. Mi intención no era la de hacerle daño y me siento culpable de que ahora este así de cabizbajo. Mi móvil suena, es Ingrid, no he ido a ver la desde ayer, no es mucho tiempo, pero aun así. Lo que suena es un mensaje de voz, le doy a la tecla de abrir y la voz de Ingrid sale de mi móvil.
“Paula, soy Ingrid, he hablado con tu tío…no se si te acordaras de él, se llama Richard y vive en Londres, hace ya por lo menos 12 años que no os veis, es el hermano de tu padre, tiene un hijo que se llama Victor dos años mayor que tú, bueno, el caso es que llega esta noche, se quedara en un hotel y mañana te ira a buscar para ir al entierro de tu padre. Se quedara hasta pasado mañana, se ira por la tarde y luego ya te diré que tendrás que hacer. Bueno tengo que dejarte un beso.”
Al oír el mensaje se me ha helado la sangre, hace ya casi 12 años que no veo a mi tío y si hace tanto tiempo que no lo veo, precisamente no es porque no haya podido, mi padre no me dejaba verle, pero no me acuerdo del por qué. En ese momento las únicas palabras que estaban en mi mente eran “gracias” y un “¿por qué?”, el día de hoy iba ser el típico de dar un gracias al principio del día y acabarlo con el puñetero ¿por qué?

miércoles, 4 de abril de 2012

Capitulo 10: Obsesión con una colección de muñequitas.

... comienzo a sacar del sobre fotos, las miro, en ellas aparezco yo, unas son del día que mi padre murió, en el centro comercial, cuando fui a comprar los regalos, también esta Angel en ellas y Dani y Lay. Miro más fotos, algunas son anteriores al centro comercial y otras son posteriores, las más recientes son fotos de esta tarde, detrás de algunas fotos pone colección de muñequitas, son en las que parezco una muñeca, una de ellas es en el centro comercial con Lay, es como si el que las hiciera tuviera una obsesión conmigo, me doy cuenta de que algunas son las mismas que tengo en mi portátil. Alguien llama a la puerta, me imagino quién es, aun así miro por la mirilla y mi imaginación no falla, los dos hombres de antes están frente a mi puerta. Pienso en qué hacer, no los conozco de nada y antes entraron en mi casa sin permiso de nadie. Intento hacer el menor ruido posible para que piensen que no estoy, pero vuelven a petar y uno de los hombres me llama:
-Paula sé que esta ahí, abra la puerta.
Mierda, saben que estoy aquí, lo más seguro es que si yo no les abro la puerta la van a abrir ellos y de una forma que no me va a gustar,  no les abro, pero me arrimo a la puerta y pregunto:
-¿Qué quieren?
-Queremos hablar con usted, somos compañeros de su padre.
-Y ¿cómo se yo que eso es verdad?
-Mire por la mirilla.
Miro, lo que me enseña es una placa de policía o algo parecido, lo cual me hace dudar todavía más.
-Lo siento, pero se equivocan, mi padre no era policía o de lo que sea esa placa.
-Venimos a contarle la verdad, no le vamos a hacer daño se lo juro- dice el otro hombre en tono más amigable.
¿Qué verdad? Yo no necesito saber ninguna verdad, con la pura realidad me basta, no se de que me hablan, pero lo pienso y al fin me decido.
-Esta bien, pero quiero que sus pistolas estén en el suelo, bueno las pistolas, los cuchillos y cualquier otra arma, que no soy tonta.
-Pero ¿para que si ya le hemos dicho que no le vamos a hacer nada?
-O deja las armas en el suelo o va a contarle la verdad al perro de la vecina.
- Esta bien.
Miro por la mirilla, los dos hombres hacen caso de mis órdenes, dejan sus pistolas y dos cuchillos. Cuando ya están desarmados rápidamente abro la puerta, cojo las armas y las tiro al sofá, miro a los dos hombres, ninguno de los dos ha hecho amago de atacarme, bueno tampoco es que lo fuesen a hacer, porque todavía tengo una pistola en la mano. Veo que uno de los hombres sangra por la nariz y la ceja, pienso en la buena torta que hice que se metiera, hago un gesto con la pistola, invitando a pasar.
-Pasen- lo digo en un tono tan frío y serio, que hasta al menos pintado se le congelaría la sangre.
Los dos pasan y se sientan en el sofá, les pido que esperen y voy a por un pañuelo e hielo, cuando vuelvo se lo entrego para que pueda remediar el estropicio de su nariz y ceja. Me fijo en que ninguno de los dos se ha molestado en coger las armas, el agente que no esta herido me mira, es el último que hablo conmigo antes, es joven, demasiado para ser policía o lo que sea, no debe superar los 24 y es muy guapo, pero no esta aquí para ligar conmigo y yo tampoco es que quiera.
-Bueno Paula, yo soy John- me dice.
-Pues mira que bien- digo en tono serio.
-Mira ya sé que no estas de humor y que hemos entrado en tu casa sin permiso, pero es que es necesario que hablemos contigo.
-Hablar de ¿qué? ¿De que mi padre esta muerto? , gracias pero eso ya lo se, no hace falta que me lo recuerden.
-No, no es eso, Paula ¿tu sabes en que trabajaba tu padre?
-Pues era científico, pero ahora ¿a qué viene eso?
-Paula, tu padre no era científico…-se calla mira al suelo, estoy atónita, esto debe de ser un programa de cámara oculta- era como nosotros, era un agente del FBI.
-Si y mi abuela motorista, mi tío el presidente del gobierno y yo Barbie Malibú.
-Paula le ruego que me crea.
-Si lo fuera me lo hubiera dicho, no me lo hubiera ocultado ¿para qué…? no le creo, están intentando ensuciar su memoria.
-Le juro que no, que se lo digo en serio.
-John, déjala si no te cree no te cree, no tienes por qué jurarle nada- dice el otro hombre.
-Usted a callar, sino quiere que lo eche a la puñetera calle- le digo gritándole y apuntando con la pistola- encima de que entra en mi casa sin mi permiso e intenta ensuciar la memoria de mi padre, me habla de esa manera.
El hombre se asusta y me pide que baje al arma, John también me pide que baje el arma pero él lo hace de otra forma.
-Paula por favor baja el arma, por favor que es el único compañero decente que me queda- me dice en tono cómico.
Bajo la pistola, pero no se la doy a ninguno de los dos, me tranquilizo, pienso en lo que John me ha dicho, la verdad es que me va cuadrando esas semanas que mi padre estuvo fuera de casa por un viaje de trabajo, pero no me creo que no me lo haya contado. John esta mirando a su compañero riéndose, cuando de repente le suelto:
-John te creo.
-De verdad- me dice John, en tono alegre.
-Si, pero tengo una duda, ¿Por qué mi padre no me lo conto?
-Para protegerte.
-Protegerme ¿de qué?
John mira el sobre que tengo encima de la mesa, lo coge, saca todas las fotos, las mira y luego saca una nota que pone “Vamos a por ti”…

Bueno aqui os dejo el capitulo 10, se que he tardado y que es corto, pero bueno algo es algo. Se lo dedico a mi prima Laura y a dos de mis seguidoras nz y soñadora compulsiva, bueno no os celeis los proximo capitulos os lo dedicare al resto de seguidoras.