martes, 30 de octubre de 2012

Capítulo 27: Miradas


Es la enésima vez que me levanto de la cama esta noche. Bajo a la cocina a por un vaso de leche sin dejar de pensar en lo que pasó con John. Intentó besarme, pero ¿por qué? Esa pregunta se repite una y otra vez en mi mente. ¿Y si lo hubiese hecho?
Pero no lo hizo. No le dejé. Al menos eso hace que me sienta un poco mejor conmigo misma.
Subo nuevamente a mi cuarto e intento dormirme. Mañana será otro día.


Salgo de la ducha 15 minutos después de entrar, me visto rápidamente y bajo a desayunar.
-Buenos días- Digo bostezando.
-Buenos días Paula-contesta mi tía Joy- ¿Has dormido bien?
-Si…-miento.
-Me alegro- Por cierto, hoy teníamos pensado ir a comer a un restaurante que abrieron hace poco, ¿te parece bien si te recogemos a la salida del instituto?
-Eh… es que… he quedado con Andrea en que hoy comía en su casa, para luego hacer un trabajo de clase-Improviso. No puedo decirle que he quedado con Víctor- Si no os importa claro.
-Bueno, entonces… da igual, no te preocupes, yo se lo digo a Richard, seguro que no le importa.
-Gracias tía Joy-Digo dándole un sonoro beso en la mejilla y saliendo de casa.

Llego a clase y me dirijo a mi sitio mientras le echo una mirada a Andrea que claramente significa “tenemos que hablar”. Ella me mira con curiosidad, pero me siento en mi sitio, decidida a no decirle nada hasta la hora del recreo.
La clase de historia pasa rápido, y en cuanto suena el timbre que indica el cambio de clase, Andrea está a mi lado pidiéndome que le cuente qué pasa.
Pero el profesor entra en clase, así que, vista su impaciencia, decido escribírselo en una notita que le paso obviamente sin que el profesor la vea.

-¿QUÉ?-Grita en medio de clase.

Todo el mundo nos mira, como no podía ser de otro modo, y el profesor se dirige a nuestro pupitre, cogiendo la nota que Andrea aun sostiene en sus manos.

-Ustedes dos, fuera de clase.-Es lo único que dice mientras nos señala la puerta con cara de pocos amigos.

-Pero, ¿se puede saber por qué coño pegaste ese grito en clase?-Digo una vez fuera.
-¿Cómo que por qué?-Dice como si fuese lo más normal del mundo-¿Es verdad lo que ponía en la nota?
-Pues claro que es verdad, ¿para qué me lo iba a inventar?
-Ay no sé… -Se queda pensativa- ¡Dios es que tienes una suerte!
-¿Pero qué suerte? ¿A eso le llamas suerte?
-Vamos a ver, ¿cómo llamas tú al hecho de que un tío así te intente besar?
-Desgracia, yo lo llamo desgracia-Digo seria.
-Tú eres tonta.
-¿Pero cómo que soy tonta? ¿Qué querías que hiciera?
-Pues cualquier cosa menos salir corriendo.
-Pues fue lo primero que se me ocurrió hacer… Habría que verte a ti en esa situación…
-Mejor no te digo lo que hubiese hecho yo en esa situación…-Dice con una sonrisa insinuante.
-Anda que…

Y tocó el timbre que indicaba que la segunda clase del día había terminado. Entramos en clase una vez hubo salido el profesor y nos sentamos en nuestros respectivos pupitres dando el tema por zanjado.

A la hora del recreo Andrea volvió a la carga con lo mismo, y a la salida también, como no podía ser menos.

-Bueno yo me voy que quedé con mi primo y ya debe estar esperándome-Digo.
-¿Con el hijo de Richard?
-Sí, con Víctor, ¿por?
-No, por nada. ¿Y dónde quedasteis?
-En Square Mile.
-Pues te acompaño hasta allí, que me pilla de camino.

Sí, la pillaba de camino, pero veía mucho interés por su parte en ir conmigo.
-¿Por qué estás tan interesada?
-¿Yo? Por nada… No me interesa, solo digo que me pilla de camino
-Ah, pues vale…

Caminamos hasta llegar a Square Mile. Entré en el Starbucks y Andrea hizo lo propio.

-Andrea, tengo que hablar con mi primo de algo importante, no es por echarte, que ya sabes que tú nunca molestas… pero…
-Ya lo sé, y ya me voy ahora, pero ¿no me vas a presentar a tu primo?-Dijo con una sonrisa.
-Jajajaja claro que sí, ven.
Nos encaminamos hacia la mesa del fondo, donde estaba Víctor.
-¡Hola!-Le saludé-Esta es Andrea, la hija de Ingrid.
-Encantado-Dijo mientras le saludaba con un beso en la mejilla.
-Igualmente-Dijo ella, roja como un tomate.-Bueno… yo mejor me voy y… os dejo que habléis a solas.
-Luego te llamo-Le dije para despedirme.

Andrea salió del Starbucks y vi cómo Víctor se la quedaba mirando, a la vez que ella se giraba para mirarnos también, o mejor dicho, mirarle a él.

-Bueno ¿qué?-Le distraje de sus pensamientos-¿Me cuentas eso tan importante?
-Sí si, pero mejor siéntate.

Le hice caso y me senté en frente a él, esperando a que empezara a hablar.



Bueno, este capítulo es corto y no muy importante para el desarrollo de la historia, aun así, esperamos que os guste y que comentéis. Besos :)

martes, 23 de octubre de 2012

Capítulo 26: Mundo de Ignorancia


El final de las escaleras era…realmente no se lo que era, no podría describir aquella sensación. Nada más bajar el último escalón alguien se abalanzo sobre mi para abrazarme, mis brazos no rodearon a aquella persona que me estaba abrazando, no sabía quien era ni tenia motivos para abrazarle. Me separe rápidamente de aquella persona y me esforcé en reconocer a aquel extraño.
-¿Víctor?-fue lo único que alcance a decir.
-¿Qué tal estás Paula? Me alegro mucho de verte.
-Yo también…es decir me alegro de verte a ti…
-Hacia ya mucho tiempo que no nos veíamos, 12 años…
Víctor siguió hablando, pero yo rápidamente abandone ese mundo y me fije en él. Era igual que mi tía Joy, tenía el pelo negro y la cara ovalada, en lo único en que se parecía a Richard era en aquellos ojos verdes, pero que casi eran cristalinos. La voz de Joy nos llamo la atención, era la hora de cenar y teníamos que ayudar a preparar la cena. Poco después todos nos sentamos en la mesa y comenzamos la cena, que poco a poco se fue convirtiendo en una guerra entre Víctor y Richard.
-Bueno Richard espero que cuides bien de mí querida prima.
-Tranquilo…no te preocupes.
-Tan solo espero que no la vuelvas a perder otra vez-dijo Víctor haciendo especial hincapié en estas dos últimas palabras.
-Eso no volverá a ocurrir…
-No si me espero que no, especialmente ahora que te has quedado tan solo…Bueno perdón solo llevas ya 7 años si mis cálculos no son malos.
-Si para lo que has venido aquí es para meter el dedo en la yaga…
-En que yaga si tú nunca has tenido ninguna yaga, ni yaga ni corazón…
-Puedes irte por donde has venido.
-No antes de irme quiero contarle algo a mi primita…
-Tú ahora no le vas a contar nada. Te vas a ir a tu casa y vas a calmar esos ánimos.
-¿No se de que ánimos me estás hablando?
-Víctor por favor cálmate-dice Joy intentando tranquilizarlo-Paula por favor sube a tu cuarto.
Asiento y me levanto para largarme, pero Víctor lo impide. Agarra fuerte mi brazo.
-No podéis mantenerla en la ignorancia para siempre.
-¡Víctor déjala en paz!-le grita mi tío- Paula cariño sube a tu habitación.
Suelta mi brazo y deja que suba a mi habitación. Subo las escaleras y dejo atrás aquella guerra que en parte considero mía o más bien pienso que es por mi culpa. Cierro la puerta de mi habitación y todavía escucho la pelea de Richard y Víctor, prefiero no escuchar por lo que enciendo mi ordenador y pongo música. Rebusco entre fotos de mi infancia alguna que me diga por que pasa todo esto, pero al no haber ninguna que me de una explicación me acabo rindiendo. Dejo mi mente en blanco unos segundos, pero poco después me concentro en la música, empiezo escuchando “Always” de Bon Jovi y acabo mi paraíso musical escuchando “Heaven” de Bryan Adams. El paraíso musical se acaba cuando Joy entra en mi habitación con cara de preocupación, se acerca a mi cama y se sienta a mi lado.
-Lo siento…
-¿Por qué?
-No lo se, porque quizá soy la única que se siente culpable…
-La culpa de que todo esto pase es solo mía, no tienes por qué disculparte, la discusión entre Richard y Víctor giraba entorno a mi y algo más que yo sigo sin comprender… Víctor tiene razón, sigo en mi mundo de ignorancia.
-Paula no le des vueltas…tienes que asimilar todo esto poco a poco, sabes que no es fácil, pero sabes que estaremos a tu lado, aunque tu tío no muestre ningún cariño hacia ti en realidad te quiere mucho.
-Si bueno ya noto como intenta alejarme de mi pasado, no se si es para que sufra menos o para tapar algo…
-Déjalo no le des más vueltas…
-Por lo que veo tú también lo intentas, no creo que podáis impedir que algún día sepa la verdad que debéis estar ocultando.
-Yo no oculto nada…pero aun así te pido perdón por lo de esta noche.
Mi tía se acerca y me besa la frente, sale de mi habitación y me deja con mi soledad. Conecto mis auriculares al portátil y vuelvo a poner música. Apoyada en el cabecero de la cama, escuchando música y mirando en dirección a la ventana paso varias horas, viendo la nieve caer. Pasa el tiempo y cuando me doy cuenta mi movil esta sonando. Miro la pantalla, es Víctor, me pregunto de dónde a sacado mi número y descuelgo.
-Hola Víctor.
-Hola Paula, siento haberme descontrolado en la cena…
-No te disculpes, si toda esta mierda la he provocado yo…
-No Paula, no te eches la culpa... ¿podríamos quedar mañana?
-¿A qué hora?
-Pues…cuando salgas del instituto, si quieres te paso a recoger ¿a qué instituto vas?
-No hace falta, quedamos en Square Mile, en Westminster, en el Starbucks que hay al lado de Victoria Station ¿ok?
-No llevas más de un mes aquí y ya ¿sabes donde queda un Starbucks?
-Si, es que aprendo rápido…a excepción de las mates claro.
-Jajajajajajaja, bueno pues entonces te espero en Victoria Station.
-Vale, bueno me voy a llevar a una amiga, es que luego tengo que hacer los deberes con ella y así vamos de seguido.
-Bueno…vale.
-Bueno pues hasta mañana.
-Hasta mañana.
Cuelgo y dejo el móvil sobre la mesa. Me vuelvo hacia mi cama, me desvisto he intento dormir, aunque me cuesta. Mi cabeza esta llena de imágenes que quizá desearía borrar, intento dejar mi mente en blanco, pero no lo consigo. Cierro los ojos y aun así todo sigue, no lo puedo soportar y no puedo evitar pensarlo, si mi padre estuviese aquí…
Necesito tomar el aire para que mi mente se despeje un poco, aparte no quiero llorar en un lugar en el que me puedan oír y no sepan consolarme. Calmarme lo puedo hacer sola por lo que me visto y cojo las llaves, abro la puerta de la entrada con mucho cuidado para que mis tíos no se despierten y salgo. Podría decirse que estoy algo loca saliendo a estas horas de la noche por las calles de The Angel, pero no creo que haya algo mejor para apartar todas esas imágenes de mi cabeza. Ando hasta un pequeño canal que hay a dos calles de mi actual casa. Me siento en las escaleras próximas al agua y me quedo mirando como la luna se refleja en ella, subo mi mirada hasta ver la luna y alrededor las estrellas. Pienso en cuando decía que mi madre era un ángel, que vivía en el cielo y las estrellas eran las pequeñas lamparitas de su nueva casa. En ocasiones pensé que eran sus lágrimas, por no poder disfrutar de su niña tanto como ella hubiese querido. Hace frío, pero no me muevo ni un ápice estoy inmersa en un mundo del que no quiero salir, por fin pienso en algo que me pueda aportar un poco de felicidad, aunque sea un misero rayo de felicidad, por lo menos la aporta. Pienso en mi regreso, volveré a ver a Angel, a Lay y a Dani, dejo que mi mente vuele hacia mundos felices. Tras unos minutos, noto como alguien torpemente se sienta a mi lado, me giro para ver quien es el loco que interrumpe mi tranquilidad. Aquel loco me conocía, se acerco y sus labios se posaron sobre mi mejilla, me abrazo muy fuerte como si tuviera miedo de que me escapara… Le miro varias veces y no puedo evitar sonreír, no puedo evitar sentir una gran felicidad. Me permito hacerme preguntas como ¿qué hace aquí? Y cosas así, pero al segundo dejo de hacérmelas, mejor que este aquí a mi lado, no quiero que se vaya.
-No me gusta que salgas por la noche.
-Lo sé.
-Entonces ¿por qué no me haces caso?
-Porque soy el espíritu de la contradicción.
-Ya bueno… ¿qué hace aquí a estas horas?
-Olvidar, como no tengo la maquinita de los hombres de negro, pues me vengo aquí a ver si soluciono algo.
-…no se que quieres que te diga. Nunca he visto los hombres de negro.
-¿En serio?
-Nunca los he visto.
-Pues parece raro viendo como vistes…
-He que me visto de muchas formas.
-Pues yo tan solo te veo de traje y corbata, pareces un abogado.
-Es lo que intento, pero me vas ha decir que no estoy sexy con mi traje.
-Jajajajajajajajajajajaja, tan solo voy a decir que te queda bien.
Nos quedamos en silencio, un silencio que por momentos me pareció eterno. Concentrada en mis pensamientos miro las oscuras aguas del canal. Sus manos se posan en mis hombros y me giran hacia él, se acerca a mí hasta el punto de poder escuchar su respiración, de notar como su corazón se acelera. Sus labios se van acercando a los míos, pero lo impido, me pongo en pie y hecho a correr de vuelta a casa. Abro la puerta con cuidado y subo hasta mi habitación, me desvisto y vuelvo a meterme en mi cama. Aunque vuelvo a intentar dormirme, no lo consigo, el sueño se ha vuelto contra mi, abandonándome por completo y haciendo que a la par en un par de horas su abandono me haga rememorar malos momentos, haciendo que intente averiguar cosas, haciendo que siga en mi mundo de ignorancia.

Bueno aquí tenéis otro capítulo, esperamos que os guste. Comentar, besitos.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Capítulo 25: "Encantos" de la rutina.

Los días habían pasado y las cosas seguían más o menos igual. Mis tíos apenas se dirigían la palabra desde mi pregunta acerca de Víctor, y si lo hacían era para cosas imprescindibles.

Ingrid por su parte, seguía peleando por mi custodia, pero podría decirse que estaba más lejos de conseguirla que a su llegada a Londres; mi tío Richard no le daba muchas facilidades y tampoco parecía tener intención de darse por vencido en cuanto al tema.
Y yo... Pues yo más de lo mismo. Seguía hablando todas las tardes con Angel, contándonos nuestras cosas, hablando un poco de todo, aunque en los últimos días el tema principal de nuestras conversaciones era Lay. Angel iba a visitarla siempre que podía, yo se lo había pedido, pero sé que aunque no lo hubiese hecho iría igual. Eran como hermanos, y podía notar en la voz de Angel cuando hablábamos del tema lo mal que lo estaba pasando, aunque siempre intentaba animarme, diciéndome que saldría de ésta, que no se iba a morir.
Que no se iba a morir.
Eso fue lo que yo le dije a Lay cuando me dio la noticia. Se lo dije con total seguridad, confiando en que tendría razón. Tenía que tenerla. No se podía morir. Le prometí algo que ni siquiera yo sabía si pasaría. Algo que no dependía de mí, pero, ¿qué, si no, le podía decir? Tenía que ser fuerte por ella.

...

El paso de los días había traído consigo la vuelta al instituto. Pero esta vez era distinto. Ya no era la vuelta a la rutina de todos los años después de Navidad. O sí, pero a una rutina que no era la mía. A una rutina a la que poco a poco tendría que ir acostumbrándome.
El instituto no estaba mal, pero no dejaba de ser un instituto. Aburrido, y más si no conoces a nadie. Yo solo tenía a Andrea, la hija de Ingrid. Nos conocimos días después de mi llegada a Londres y poco a poco nos fuimos haciendo inseparables. Solemos quedar por las tardes para hacer la tarea y hablar de nuestras cosas. Tardes como la de hoy.
Intento concentrarme en los malditos problemas de matemáticas. ¡Cómo si no tuviera ya bastantes problemas con los míos!
De repente suena el timbre. Estoy sola en casa, así que, o bajo a abrir o quien quiera que sea se queda fuera mojándose. Opto por la primera opción.
Abro la puerta y veo a Andrea.

-Anda que... ya podías haber tardado menos en abrirme... ¡Mira cómo estoy!- Protesta señalando su pelo empapado.
-Pasa anda...-Río.

Subimos a mi habitación y nos ponemos a hacer los deberes, que no son pocos.
Tres cuartos de hora más tarde, después de muchos "esto no lo entiendo" por mi parte, y muchas explicaciones por parte de Andrea, al fin acabamos con las matemáticas. Solo queda filosofía, con Sócrates y su "sólo sé que no sé nada" y algunas frases más, parecidas a esa, apenas comprensibles para la mayoría de los mortales. Pero a mí me gustan. Mi padre siempre decía que yo era más de letras, que había salido a mi madre. Y probablemente tuviese razón. Apenas conocí a mi madre, pero me gusta que digan que me parezco a ella.
Y volviendo a la filosofía, hoy toca Voltaire. Esto se me da bastante mejor que a Andrea, así que esta vez soy yo quien la ayuda con la redacción que el profesor nos pidió.

-Buff esto me gusta cada vez menos-Protesta Andrea- ¡Qué más me dará a mí las frases que haya dicho este tío hace siglos!
-Pues a mí me gusta bastante-Digo aun riendo por la frase de Andrea- y creo que las frases tienen lógica. Te puedo asegurar que ni a ti ni a mi se nos hubieran ocurrido...
-Ya... pero al menos a ti y a mí se nos ocurre ir a la peluquería de vez en cuando porque este ni eso... ¡Mira qué pelos por Dios!- Dice señalando una foto del filósofo francés que sale en el libro.

Yo no pude evitar reír ante ese comentario tan... tan suyo.

-Y por cierto, ¿tú qué tal con Josh? Últimamente estáis muy juntos...-Dice Andrea cambiando de tema.
-Y dale con lo mismo... ¡Qué yo no quiero nada con él! Estás pesadita con el tema eh... 
-Bueno bueno, tu dirás lo que quieras, pero al chico se le ve muy interesado en ti, y, ¿para qué engañarnos? No está nada mal...

Sonrío dando por finalizada la conversación, principalmente porque no sé que más decirle. No quiero reconocer que tenga razón.
Josh es un compañero de clase. También viene de otro país. De Bélgica más concretamente. Y sí, parece interesado en mí. Y sí, es guapo. Pero nada más, yo no quiero nada con él porque quiero a Angel. Ya está, es así de simple, pero parece que tanto a él como a Andrea les cuesta entenderlo. Doy el tema por finalizado, pero Andrea vuelve a la carga.

-Bueno, ¿entonces qué?
-Qué... ¿de qué? Ya te lo dije-Digo algo molesta.
-Pero Angel está en España y tú estás aquí...-Insiste.
-¿Y?
-¿Cómo que "y"? Pareces tonta hija...
-¿Perdona?
-A ver, no quiero que te enfades ni mucho menos, yo lo único que digo es que estáis a miles de kilómetros. ¿Quién te asegura a ti que no se cansará de esperarte?
-No lo hará. Confío en él. Me lo prometió-Digo muy seria.
-Las promesas son solo palabras...- Dice haciendo que yo no aguante más y me ponga histérica.
-¿¡Quieres dejarme ya en paz con el temita!? ¡Sí, Angel y yo estamos muy lejos el uno del otro, pero me da igual, yo sé que me quiere y con eso me basta!

Andrea agacha la cabeza ante mis gritos y se dispone a salir de mi habitación.

-Lo siento...-Digo provocando que se pare frente a la puerta y se gire para mirarme- No debí haberme puesto así, de verdad que lo siento.
-No, la culpa es mía-Dice aún tensa- No sé por qué te dije eso. Sé lo mal que lo estás pasando y...

Y la abracé. No podía hacer otra cosa. Me había pasado mucho con ella.
Me correspondió el abrazo y me secó las lágrimas que habían salido de mis ojos.

-Sé lo mucho que quieres a Angel y no debí dudar de que él sienta lo mismo por ti.
-Que no te preocupes, en serio, no es nada-Sonrío.
-Eres la mejor persona que conocí nunca Paula- Me devuelve la sonrisa.
-¡Exagerada!-La abrazo nuevamente y así nos despedimos.

Cuando Andrea sale de mi casa cierro la puerta a mis espaldas y subo a ducharme.
Tras algo más de veinte minutos bajo el agua, salgo de la ducha y me dirijo a mi habitación para ponerme el pijama, pero nada más salir del baño, escucho mi móvil sonar. Corro hacia la habitación y lo cojo, comprobando que es quien yo me esperaba. Angel.

-¿Si?
-¿Cómo está la chica más guapa del mundo?-Dice él.
-Creo que se ha equivocado de número, no soy Angelina Jolie-Digo aguantándome la risa.
-Jajajajajaja tonta…
-Vaya, gracias…-Me hago la indignada.
-¿Qué tal todo por ahí?-Dice cambiando de tema.
-Pues más o menos igual, las cosas no cambian mucho, ni para bien ni para mal, ¿tú que tal?
-Bueno, más o menos también, echándote muchísimo de menos…
-Y yo a ti-Digo con voz triste.
-Bueno y ¿el insti que tal? ¿Muchos chicos guapos?
-Pues la verdad es que hay alguno que otro que no están nada mal eh- Digo picándole.
-¿Ah si?-Dice con tono de sorpresa.-Pero les habrás dejado claro que eres solo mía, ¿verdad?
-Bueno, tanto como claro claro… no sé yo lo claro que les habrá quedado jajajaja
-A mí no me hace ninguna gracia eh, a ver si voy a tener que presentarme ahí y decirles cuatro cosas bien dichas a los ingleses esos…-Dice aun bromeando.
-¡Qué es broma tonto!
-Más les vale…
-Aunque…
-¿Aunque?-Dice ahora más serio.
-No se, nada, déjalo.
-No no, ahora me lo dices…
-Es que hay un chico en nuestra clase que… bueno, digamos que parece más que interesado en mí, pero nada importante…
-¿Cómo que nada importante? O sea,  ¿un tío intenta ligar con MI novia, y no es nada importante?-Dice algo molesto.
-Pues no, no es nada importante porque yo te quiero a ti-Digo tranquilizándole, y noto como sonríe al otro lado del teléfono.
-Bueno, siendo así… pero… ¿es guapo?
-Mucho. Rubio, de ojos azules.
-¿Alto?
-Como tú, o quizá algo más-Sigo tomándole el pelo.

Espero su respuesta, pero el silencio es lo único que se escucha al otro lado de la línea.

-¿Angel?
-¿Paula?-Dice imitándome.
-¿Estás celoso?-Pregunto esperando un sí como respuesta.
-¿Yo? No…
-¿NO?-Digo sorprendida.
-¿Tendría que estarlo?-Pregunta.
-No, pero…
-Jajajaja es broma tonta. Claro que estoy celoso, mucho, me hierve la sangre solo con imaginármelo, pero confío en ti.
-Es la segunda vez que me llamas tonta hoy…-Digo intentando cambiar de tema, ya que me ha “emocionado” lo que me dijo.
-No me cambies de tema eh-Dice riendo.
-¿Y qué quieres que te diga?-Pregunto.
-No se, algo…
-Te quiero-Digo sin dudar.
-Estas ñoña hoy eh
-¿Estas ñoña hoy? ¿Cómo que “estás ñoña hoy”? No sé, me esperaba un “Yo a ti también Paula” pero “estás ñoña hoy…” –Digo indignada.
-Pues claro que yo a ti también tonta, más que a nada en el mundo, más que a mi vida, pero pensé que eso ya lo sabías…
-Ya van tres veces TONTO-Digo.
-Jajajaja me encantas
-Tu a mí más-Digo feliz.
-No, tú a mí más.
-Eso no lo puedes saber, porque no sabes cuánto me encantas tú a mí para saber si yo te encanto más de lo que tú me encantas-Digo haciéndome un lío yo mima.
-Dios, creo que me perdí en el primer encanto-Dice riendo.
-¿Sabes? Es la primera vez en los últimos días que no hablamos de Lay, y me siento mal por pensar sólo en nosotros…
-Ey, eso no es nada malo, Lay va a estar bien, ya lo verás. Y nosotros también vamos a estar bien. Esto solo es una mala racha…
-Es que se me junta todo- Digo sin poder evitar llorar.
-Princesa no llores, piensa que esto es una prueba del destino, y que tú eres fuerte y la vas a superar, porque lo eres.
-Sí…-Suspiro aun con lágrimas en los ojos.

De repente escucho la puerta de entrada abrirse y a mi tia Joy hablar con alguien y pedirme que baje a ayudarla a preparar la cena. Le grito un “ahora voy” y vuelvo a mi conversación con Angel.

-Angel tengo que dejarte, mi tía acaba de llegar y pronto vamos a cenar...
-Está bien, cuídate mucho, princesa
-Tu también.
-Te quiero-Dice.

Me arranca una sonrisa más, otra de las tantas de esta tarde, convenciéndome (por si aun tenía alguna duda) de que las conversaciones con él son la mejor parte del día, y solo puedo responder:

-Yo más.

Y cuelgo. Me pongo el pijama porque si no probablemente coja una pulmonía después de tres cuartos de hora mojada y enrollada en una toalla y bajo a cenar, aunque de haber sabido la cena que nos espera, hubiera preferido irme a la cama con hambre.

Bueno esperamos que este capítulo os guste, muchas gracias por leer. Comentar, besitos.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Capítulo 24: Frío y gris






(POV Lay)
La sala de espera es fría y gris, es más bien una sala de la tristeza. Cojo la mano de Dani con fuerza, apoyo mi cabeza sobre su hombro y cierro mis ojos dejándoles descansar unos miserables segundos. Oigo como la puerta de la consulta se abre y un hombre dice mi nombre. Me levanto y tras de mi Dani, entramos en la consulta y el hombre nos ofrece asiento. Lo miro de pies a cabeza, su rostro refleja cansancio y sus ojos inyectados en sangre dan a ver que no ha pasado una buena noche, cuando por fin comienza a hablar su voz es la única que parece estar en buenas condiciones.
-Bueno usted es la señorita Laura, ¿podría decirme cual es su edad?
-Sí, tengo 17 años.
-Y este que viene con usted es su...
-Su novio-se adelanta a decir Dani.
-Ya bueno no tiene pinta de ser su padre, aunque pensé que era su hermano...bien, dígame ¿qué le ocurre?
-Pues vera me duele el pecho, tengo mucha tos y creo que esta mañana tengo el cuello más hinchado.
-¿Le duele la garganta?
-Si, pero no mucho, es más bien una simple molestia a causa de la tos.
-¿Le cuesta respirar?
-Si.
-También veo que tiene un poco de ronquera.
-Si.
-¿Podría decirme su peso?
-51 kilos.
-Es un peso excesivamente bajo para una chica de su edad, tendra que comer más o se quedara anémica.
-Ya lo sé, pero hace una semana pesaba tres kilos más.
-Es poco tiempo para perder tanto peso.
-Lo sé.
-Bueno, vamos a ver lo que le sucede.
El hombre me manda sentarme en la camilla, da orden de que me quite la camiseta y yo la ejecuto como buena paciente que soy.
Varias horas más tarde…
El hospital es todavía más gris y frío que aquella sala de espera, aquel hombre me ha dicho que la cosa es más grave de lo que se esperaba y que tendría que ir al hospital. Tras varias pruebas que me han hecho, nos han mandado a una sala de espera. Dani en estos momentos me mira más preocupado que nunca, nuestras manos temblorosas se agarran fuertemente. La tos acude a mí y dejo que salga, pero esta vez es diferente. Mi mano esta manchada de sangre, por lo que Dani se asusta y rápidamente llama a una enfermera, que me ayuda a parar la pequeña hemorragia que ha provocado esta estupida tos. Tras el pequeño susto todo vuelve a la normalidad, bueno a la normalidad no. Dani sigue preocupado y cada poco mira para saber si estoy bien. “Te pondrás bien” repite cada poco. Por fin el médico encargado de mis pruebas me llama a su consulta. Nerviosa acudo rápido y nada más entrar, veo que la cara del hombre no es como para pegar saltos de alegría.
-Tome asiento, señorita Laura.
Hago caso de lo que dice y me siento en una de las sillas próximas el escritorio. Dani hace lo mismo.
-¿Podría decirme su edad?
-Tengo 17 años.
-¿Usted fuma?
-No.
-¿Y él?
-No-responde Dani.
-Y ¿usted es?
 -Su novio.
-A vale, ¿viven juntos?
-No, pero quizá dentro de poco lo hagamos.
-Y ¿hasta ahora con quien ha vivido usted?
-Pues con Noelia…es decir, mi madre-me suena raro llamarla madre, pocas veces se lo llamo.
-Y ¿ella fuma?
-Si.
-¿Podría aproximadamente decirme cuánto?
-Bastante, creo que dos cajetillas al día, pero diría que algo más.
-Vale, Laura, ¿usted tiene asma?
-Si.
-Y ¿su madre sabe que ella fume no es bueno para su salud?
-Si, si lo sabe.
-Bueno, pues…voy a decirle el diagnostico…todos los síntomas que usted presenta, se deben a que tiene cáncer de pulmón…
Dani me mira, yo en cambio miro hacia el suelo esperando a que se abra y me trague, pero nada ocurre. El alma se me cae a los pies, las ganas de llorar acuden a mí, pero no lo hago. Vuelvo a mirar al hombre.
-¿Esta muy desarrollado? ¿Se puede superar?
-No se muy bien si esta muy desarrollado, pero por lo menos se podría hacer un tratamiento y desde ahora te quedan…
-No, no lo quiero saber-digo algo arisca.
-Pero…-Dani intenta replicarme.
-No Dani, no quiero saber cuando me voy a morir y si lo voy a hacer o no. No quiero saber cuando va a llegar mi fin, tan solo quiero atrasarlo al máximo.
-Tranquila cariño ese día nunca llegara-dice Dani-haremos que no llegue.
-¿Cuándo empezare el tratamiento?-Pregunto a la vez que miro al médico.
-El lunes, te ingresaremos en la unidad de enfermos de cáncer. Aunque te haremos te haremos algunas pruebas más para saber si esta muy extendido.
-¿Cree que este cáncer esta metastizado de otra parte del cuerpo?
-Al principio lo pensé…pero si su madre fuma el  causante es ese, el tabaco.
-Bueno pues…necesito salir fuera y…tomar un poco el aire…
-Nos vemos el lunes, señorita Laura.
-Bueno muchas gracias doctor-digo extendiéndole la mano.
-No hay de que-me dice estrechándome la mano-esperemos que tengas suerte y lo superas.
-Lo hare-le digo segura.
Dani y yo salimos por la puerta, andamos por el largo pasillo gris, esto es lo único que veré durante unos cuantos meses, solo esto y nada más. Me deprime la idea, pero aquí la fuerte tengo que ser yo. Dani comienza a llorar, le abrazo, me entristece saber que la causante de esas lágrimas soy yo. Cuando llegamos a la salida sus lágrimas no han cesado.
-Dani por favor no llores-le digo mientras sostengo su cara entre mis manos-por favor necesito tu apoyo ahora más que nunca.
-Pero es que…
-Dani por favor, haz como si fuese un simple resfriado.
-Y los meses que vas ha pasar en el hospital ¿qué?
-Puedes venir ha verme…
-Pero no es eso, no podrás salir para ver mis interminables partidos, tampoco podremos ir al cine, ni ver las puestas de sol, ni los amaneceres, ni ir a la playa…
-Dani merece la pena perderme todo eso si al final puedo estar contigo.
-Cuando todo esto acabe, ¿te vendrás a vivir conmigo?
-Si, ¿me podrías llevar ahora a casa de Noelia? Voy a buscar mis cosas.
Dani asiente con la cabeza y nos dirigimos a su coche, tras arrancarlo pienso en mi siguiente destino, el infierno. Cuando llegamos a mi casa le mando a Dani que me espere en el coche. Abro la puerta y directamente subo las escaleras, llego a mi habitación y cojo la maleta. Cojo toda mi ropa y lleno con ella mi maleta. Todas mis cosas la llena hasta casi no poder cerrarla. Pero cuando por fin consigo cerrarla oigo como alguien entra en mi habitación. Miro hacia la puerta y ella esta apoyada en el Marco, es Noelia.
-Pues ¿adónde te vas de vacaciones que estas haciendo la maleta?
-Me voy a vivir con Dani-se lo suelto sin rodeos.
-¿Qué? ¡Soy tu madre y debes vivir conmigo?
-Ya bueno, pues va a ser que no, me voy a vivir con Dani. Pero si te sirve de consuelo el lunes mi casa pasara a ser un hospital.
-¿Qué?
-Lo que oyes o  ¿es que estas sorda?
-Pero, ¿por qué?
-Pues no se piensa un poco en que si tengo asma no es necesario que tu fumes, piensa en lo que puede provocar.
-¿Qué provoca?
-¡Provoca cáncer joder! Es que pareces tonta.
-Pe-pe-pe-pero no hace falta que te vayas a vivir con Dani, quédate dejare de fumar.
-Noelia date cuenta que dejar de fumar ahora no me va a servir de ahora. Sabes de sobra cuando deberías de haberlo hecho.
-Quédate por favor.
La miro fijamente a los ojos, miro a un lado, veo una foto de mí y de mi madre. Yo era pequeña y claramente ella mucho más joven, mi infancia nunca fue muy normal aunque se me veía feliz. Vuelvo a mi realidad, cojo la foto y la miro.
-No…piensa, reflexiona…en el qué perdiste y el porque-le digo mirando fijamente la foto.
Le doy la foto, abandono la habitación y bajo las escaleras. Cruzo la puerta, meto la maleta en el maletero y me subo en mi “taxi” para abandonar el infierno e ir hacia “una nueva vida”. Tras pasar cinco calles marco el número de Paula, varios pitidos hacen que mi espera sea eterna, pero parece que por fin va a responder.
-Paula..-
-Soy su tía Joy, Paula ahora esta ocupada, ¿quieres que le deje algún recado?
-No, pero muchas gracias, la llamare más tarde.
-Ok, hasta luego.
-Hasta luego.
Meto el móvil en mi bolsillo, dejo que mi cabeza se apoye en la ventanilla y cierro mis ojos para no abrirlos hasta que algo o alguien me haga abrirlos.
Diez minutos después…
Mi mente esta más allá del mundo de los sueños y esta llegando al del completo vacío, la canción “Helena” de My Chemical Romance comienza a sonar en mi móvil. Paula me esta llamando, descuelgo y contesto:
-Hola Paula.
-Hola Lay, ¿qué querías?
 -Pues…es…que ¿cuándo volverás?-le pregunto al borde de las lágrimas-¿sabes más o menos cuánto te queda ahí?
-No, no lo sé, el juicio por mi custodia empieza el lunes. Pero ¿por qué lo preguntas?
-Es que…era para saber si te volvería a ver…para saber si me tenía que despedir ahora…
-¿Qué? No entiendo…
-Paula, me estoy muriendo-le digo amargamente.
-Pero tranquila sobrevivirás, estar tan lejos de mi no es tan malo…
-No Paula, me estoy muriendo de verdad, tengo cáncer de pulmón-finalmente rompo en llantos, sin poder ser lo suficientemente fuerte.
Siento como ella se esta aguantando las lágrimas, intenta calmarse, oigo como intenta moderar su respiración. Y por fin dice:
-No te vas a morir.




Bueno aqui teneis otro capítulo, besitos, comentar.

lunes, 8 de octubre de 2012

Capítulo 23: La definitiva: demostrando que no me quería.



(POV Lay)
Miro hacia mi izquierda y Dani sigue durmiendo, lo llamo entre susurros y consigo que salga de su mundo de sueños. Acaricio su torso desnudo, me acerco a él y le doy un beso.
-Buenos días canija.
-Buenos días corazón.
Me acerca hacia él y me besa, acaricia mi espalda desnuda, hace rozar sus labios en mi cuello haciendo que un escalofrío recorra todo mi cuerpo. Sus labios vuelven a subir, pero pasan de los míos y pasan a susurrar algo en mi oído.
-Te quiero.
-Yo también te quiero.
-¿Qué tienes pensado hacer hoy?
-No se, yo quería que pasáramos el día juntos.
-Me parece una buena idea, pero ¿qué hacemos?
-No se, ¿vamos al cine?
-No, tengo una idea mejor, vámonos de picnic.
-Vale, pero ¿adónde?
-Eso es una sorpresa…
-Jooooo no vale.
-Ay se siente preciosa, pero es una sorpresa.
-No me lo vas a decir ¿verdad?
-No.
-Bueno vale pues entonces no te daré la lata.
-Acaso que quieras…
Mi móvil interrumpe a Dani, me acerco a la mesilla y miro el número, veo que es Noelia.
-¿Qué quieres?
-¿Dónde estás? ¿Por qué no has pasado la noche en casa?
-Ya te lo he dicho. Me fui a la mierda…-le digo a Noelia, pero ella me interrumpe.
-No me hables así que soy tu madre, con eso me          quieres decir que estas en casa de Dani, ¿verdad?
-Cuidado con lo que dices, a ver si voy a tener que ir ahí…
-¿Has desayunado?-dice interrumpiéndome y cambiando de tema.
-No, porque me acabo de levantar.
-Más te vale desayunar, te pienso pesar cuando vuelvas.
-¿Por qué?
-Porque sino acabaras anémica completa.
-Si te preocuparas de dejar de fumar, para que mi salud mejore y te despreocuparas de mi peso…
-No juegues con eso…
-Juego con lo que quiero.
Cuelgo y dejo el móvil sobre la mesilla. Dani me dirige una mirada de preocupación que yo esquivo, le doy un beso y me voy al baño. Pero pocos segundos después Dani llama a la puerta.
-Lay…
-Dime.
-Para ir de picnic sabes que hace falta comer ¿No?
-Que si tranquilo, no empieces como Noelia.
-No voy a empezar como tu madre, pero es que estoy preocupado por ti.
Abro la puerta y le doy otro beso.
-Lo se.
Dani me mira con cara de deseo, tiro de él hacia el interior del baño y cierro la puerta. Apoyo mi espalda en la fría pared del baño, al principio suelto un pequeño gritito y Dani se ríe. Le vuelvo a besar y después mis labios bajan hasta su cuello, pero no lo beso tan solo lo rozo, oigo como Dani empieza a soltar algún que otro pequeño gemido. Subo hasta su oído y le susurro.
-¿Lo quieres?
Pero Dani no responde, automáticamente agarra mis piernas haciendo que rodeen su cintura y sus labios se juntan con los míos, mis manos acarician su torso y luego su espalda. Él desliza sus manos por mis piernas, luego suben hasta el enganche de mi sujetador, lo desbrocha y deja que caiga…
Varias horas después…
Peino mi pelo con absoluto cuidado y me pongo la cazadora, lista para salir. Me dirijo al coche y me meto en su interior, espero a Dani que esta cerrando la puerta y después mete una bolsa en el maletero del coche. Pocos segundos después noto como el se sienta a mi lado, me pone una venda en los ojos y arranca el coche. Mi destino en estos momentos para mi es incierto. Me duele el pecho, pero no le doy importancia, quiero pasar el día con Dani y nadie me lo va a impedir.
Unos 15 minutos después siento que estamos llegando. Me encuentro fatigada, pero intento que no se me note. Oigo como Dani abre su puerta, sale del coche y lo rodea, se acerca a mi puerta la abre y me saca en cuello. Dani anda unos veinte pasos y después me deja en el suelo, se acerca a mí y me quita la venda. La primera imagen que veo es un precioso parque con una fuente en el medio de un gran campo.
-¡Es precioso!
-Lo se.
-Y este ¿es tu lugar secreto?
-Si bueno, es el segundo lugar secreto.
-Pues ¿cuál es el segundo?
-Ahhh…ya lo averiguaras.
-Por fi dímelo.
-Tendrás que averiguarlo.
-Jooo…me haces pensar, ya sabes que a mi eso no se me da nada bien. Encima cuando pienso no es para bien.
-Mal pensada…
-Todavía no he pensado mal, así que note adelantes chaval.
Dani se ríe y echa a andar hacia el coche, abre el maletero y saca la gran bolsa, en la que lleva todo lo necesario para el picnic. Extiende una manta y luego saca varias cosas, poco después Dani ya esta haciéndome comer algo, es un bocadillo de chocolate.
Una hora después…
Tumbada sobre la manta miro el cielo, no hace un sol radiante, tampoco esta despejado. Las nubes lo cubren todo y una leve brisa impregna el aire de un olor a hojas secas, pero eso no hace que respirar se me haga más fácil como por arte de magia. La garganta se me irrita y la tos es imposible de aguantar, por lo que comienzo a toser y Dani se levanta para mirarme.
-Hay que dejar de fumar.
-Si, ¡cómo fumo tanto!
-Tu madre ¿no se lo ha planteado?
-No, lo peor es que parece que no me quiere, sabe que no es bueno para mi salud y aun así le da igual.
-Pues, no se, ¿por qué no vas al medico a que te vea esa tos?
-Si tuviera quien me llevase.
-Yo mismo te llevare mañana por la mañana.
-Oh que amable, pero mi salud ¿no es cosa de mi madre?
-Pues ahora será cosa mía, ya soy mayor de edad por lo tanto puedo cuidar de ti.
Le miro fijamente, le doy un beso en la mejilla y luego otro en el cuello, pero vuelvo a acostarme. “Estar bien” no es precisamente mi estado en estos momentos, pero no quiero fastidiar el picnic. Dani se tumba a mi lado y acaricia mi mano haciéndome cosquillas. Se acerca a mí y noto su respiración en mi cuello, acaricia mi brazo, pero pasa como un suspiro y su mano sube hasta mi cuello, pasa y sube hasta mi mejilla. En esos momentos miraba al cielo, pero el hizo que mi mirada se topase con la suya y acto seguido junto nuestros labios en un dulce beso, pero la calma dura poco, las ganas de toser llegan pronto y no lo puedo evitar. Me aparto de el rápidamente y comienzo a toser.
-¿Estás bien?
-Si tranquilo, igual es una simple posecilla.
-Yo creo que es asma.
-No creo, si fuese asma estaría peor…
-¿Te duele el pecho?
Esquivo su mirada, no quería fastidiar el picnic, ese maldito catarro estaba ahí, aunque en ese preciso instante no sabía lo que era.
-Vámonos a casa, no te vayas a poner peor, mañana te llevare al medico.
Comenzamos a recoger todo y nos metimos en el coche, dejamos atrás aquel parque y pusimos como destino la casa de Dani. Miro por la ventanilla como las cosas pasan rápidamente, así es como podría definir mi vida, rápida, aunque también puedo decir que es impredecible, al igual que la de Paula, en ese momento me acorde de ella. Pienso en que estará haciendo, su vida es todavía más impredecible que la mía. Mi mirada recorre todas las imágenes que ante mi se presentan, disfruto viendo como los niños juegan al pilla-pilla, me regalo la vista viendo las flores de una floristería, viendo todo el colorido. Cuando llegamos a casa, mi móvil comienza a sonar, en ese momento, mi vida es completamente predecible. Es Noelia.
-Dime.
-¿A qué hora volverás a casa?-ahora su voz no suena irritada como por la mañana, más bien suena calmada.
-Me voy a quedar a dormir otro día en casa de Dani.
-¿Otro día?
-Es que…no me encuentro muy bien…me cuesta respirar y no se si es del asma y como tu fumas será mejor que me quede hoy.
-Pero…
-Tranquila, ya me va ha llevar Dani al medico mañana.
-Bueno vale.
-Bueno pues…
-¿Has comido?
-Si.
-¿Tiene Dani una báscula por ahí?
-Noelia…
-¡Pésate!
Aparto el móvil de mí y me acerco a Dani.
-Dani, ¿tienes una báscula?
-Si…¿te la traigo?
-Si por favor.
Dani hace caso de lo que le digo y va ha buscarla.
-Aquí tienes.
-Ok
Me subo a ella con miedo de lo que pueda pesar.
-51 kilos-digo en un susurro y ya predigo como Noelia va a comenzar a gritarme.
-Pesas 3 kilos menos que hace una semana…
-Noelia te juro que hoy he comido.
-Comerías, pero eso no es normal estas anoréxica.
-Déjame en paz, no estoy anoréxica, no pasa nada por perder 3 días el apetito.
-Laura o empiezas a comer o te llevo a un centro para desordenes alimenticios…
-Lo mismo podría decir yo, lo que pasa que en tu caso sería un centro de desintoxicación y de paso un psicólogo que te diga que la salud de tu “querida hija” es importante- mi tono de voz va en aumento- y que la tuya también lo es, que tienes que cuidar tu salud para poder disfrutar de mí-esto último lo digo con tanta rabia que comienzo a llorar.
-Laura…
-Pero parece ser que ni eso entiendes-le digo en un último sollozo.
Nada más colgar me desplomo rendida, Dani corre junto a mí, me aguanta entre sus brazos y me mira con más preocupación que nunca. Me duele el pecho y estoy tan cansada que creo que no voy a poder dormir. Mi móvil vuelve a sonar, tirada en el suelo miro el número, es Paula. Por una parte una pequeña alegría sale de mi interior, pero la tristeza me invade y empiezo a llorar, hasta que consigo descolgarlo y por fin hablo con ella.
-¡Lay!-dice ella con alegría-por fin puedo hablar contigo, te echo de menos.
-Y yo a ti-le digo con un tono de amargura.
-Nada, es que me encuentro algo indispuesta.
-Lay…
-Es que he discutido con Noelia.
-Y ¿qué ha pasado?
-Pues…que ya no se si volveré a casa.
-¿Tan fuerte ha sido la discusión?
-Si…esta no era como las otras, esta era la definitiva. Ya ha demostrado que no me quería.
-Pero…¿qué te ha dicho?
Toda la discusión vuelve a mi cabeza, comienzo a marearme, pero consigo volver en mi. Comienzo a tose, no puedo parar, me duele la garganta, temo quedarme sin voz. Pero consigo hablar.
-Paula…siento tener que dejarte, pero es que me encuentro fatal, mañana hablamos.
-Vale.
-Hasta mañana rubia.
-Hasta mañana canija.
Cuelgo y acto seguido me tiro a los brazos de Dani, para poder llorar sin que el mundo me vea.