(POV Paula)
Tumbada en la
cama, miro el techo, aunque no tiene nada en especial, es blanco roto con una
lámpara en medio. Aburrida, espero que algo ocurra. Me he cansado de
reflexionar y de llorar, no quiero estar apenada, todavía me queda una pizca de
esperanza para que todo no se vaya al traste. Me refriego los ojos para poder
despejarme, bostezo. A pesar de haber dormido las suficientes horas para
aguantar todo un día de fiesta, me da que el cansancio que tengo es causado por
el estrés que John provoca. Me levanto de la cama y voy hacia el armario
empotrado en la pared, de él saco una camiseta de John y me voy al baño,
necesito una ducha para seguir despejándome. La fuerte discusión que tuve ayer
con John hace que tenga ganas de olvidar, como si una ducha bajo el agua mis
recuerdos fueran a caer por el desagüe. Cierro la puerta del baño, me desvisto
y voy directa a un “lavado de cerebro” por así decirlo.
(POV John)
Abro la puerta con
cuidado de no tirar los chocolates y los churros que traigo en la mano
izquierda. Cuando entro en la habitación oigo el agua de la ducha correr, dejo
los chocolates y los churros sobre la mesita de noche. Me quito la chaqueta y
la dejo sobre el sillón, pero antes sacó los dos billetes de avión que he
sacado esta mañana. Para ser las 11 de la mañana he hecho muchas cosas, he
sacado los billetes, he ido a comprar unas maletas, he ido a casa de Paula a
por unas cosas y he comprado churros con chocolate, hoy estoy con el espíritu
trabajador. El agua deja de oírse, pasados unos minutos Paula sale del cuarto
de baño con una de mis camisetas puesta y con el pelo mojado resbalando por sus
hombros, sus piernitas blancas salían por debajo de la camiseta, moviéndose
rápido hasta quedarse enfrente mío.
-Se ve que te
gustan mis camisetas, tomare nota para tu próximo cumpleaños-dije riendo.
-Es que vi que me
quedaban mejor a mi que a ti y entonces dije para mi “pobrecitas tienen que
lucir en un cuerpo mejor”-dijo con voz juguetona.
-Perdona yo con
esas camisetas estoy para mojar con pan, me quedan muy bien-dije con voz seria,
aunque quizá me lo tuviese un poco creído.
-Si, si, lo que tu
digas.
-No me des la
razón como a los tontos, di que si pero convencida.
-Vale, vale…si te
quedan bien.
-Así me gusta.
-Bueno si no
quieres que siga luciendo tu ropa la única alternativa que hay es…
-Que te la quites…
-Si, pero para
ponerme la mía, que por cierto aquí no tengo…-dijo mirándome con los ojos
entrecerrados.
-Yo que quería que
te quedaras sin ropa, vaya no funciona-dije riendo-anda toma desayuna algo-dije
a la vez que le daba el chocolate con un churro.
Sonrió como una
niña pequeña y cogió ambas cosas, se sentó en la cama y comenzó a desayunar.
(POV Paula)
Tomé un poco del
chocolate, que caliente como un rayo de sol parecía arder en mi boca.
-Dios esta muy
caliente…
-Es que era para
derretir esos témpanos de hielo que hacen que seas fría.
-Perdona pero yo
no soy un témpano de hielo…
-Que va…por eso te
comportas de tales formas conmigo…porque no eres un tempanote hielo.
-…te puedo
demostrar que no soy un témpano de hielo, aunque no se como pero sé que te lo
puedo demostrar.
-No hace falta que
te diga como hacerlo-sonrió pícaro.
-Claro guapo como
que te lo has creído…-dije yo algo indignada.
-Pues por un
momento sí…-dijo y volvió a sonreír.
Di un trago a mi
chocolate, era dulce y espeso como a mi me gustaba. Rodee con mis manos la
taza, estaba caliente y mis manos heladas, era como si en mis manos tuviese
fuego.
-Y si no tengo
ropa como piensas sacarme a la calle dentro de dos semanas, ¿con una de tus
camisetas como vestido?
-Si te apetece,
pero aviso de que ya he ido a por ropa para ti.
-¿Así? Y ¿dónde
esta?
-En mi coche, pero
te la daré cuando acabes de desayunar.
-Vaale-dije como
una niña pequeña.
Me tomo el
desayuno lo más rápido que pude, tenia ganas de ver la ropa que John había
traído. John se daba cuenta de que estaba impaciente, por lo que tardo lo más
que pudo en tomar su chocolate.
-Voy al coche,
espera aquí.
Tras unos minutos
John apareció con una gran maleta, la puso sobre la cama y la abrió, allí
estaba la mayor parte de mis cosas, mi ropa, mi portátil, álbumes. Tras un
examen exhaustivo de mis pertenencias, cogí un álbum de fotos, cerré la maleta
y me senté en la cama. Tenía miedo, no quería abrir el álbum y echarme a
llorar, sabía lo que había en el álbum y quería verlo, pero sabía que mi mundo
se desmoronaría en cuanto lo abriese. Me quede pensativa y John lo notó, se
sentó a mi lado y me abrazó.
-No
tranquilo…estoy bien…es solo que…nada déjalo, no es nada importante-dije a la
vez que apartaba el álbum.
-Ya tengo los
billetes para Francia-dijo.
-¿Cuánto tiempo
estaremos allí?
-No sé, él tiempo
suficiente para que te dejen en paz…tranquila intentare hacer que vivir conmigo
no sea tan duro…además en el que vamos a vivir es muy bonitos.
-¿De verdad?-dije
con una extraña mezcla de amargura y sorpresa.
-Sí, ya veras…
-¿Me vas a decir
donde vamos a vivir o va ser por sorpresa?-dije con una pequeña sonrisa.
-Va a ser por
sorpresa.
-Bien. Siempre me
han gustado más las sorpresas.
-Jo…pensaba que ibas
a empezar a acosarme para que te lo dijese, ahora le quitas toda la emoción-dijo
con voz refunfuñona-por cierto nos vamos este sábado, no en dos semanas.
-¿Este sábado? Eres
algo precipitado.
-No, sería
precipitado si te pidiese matrimonio, pero como no es el caso.
-Hombre poniéndonos
en esa situación…
-Si tu quieres,
tus deseos son ordenes-dijo poniéndose de rodillas.
-No, no hace
falta-dije apurada-además sabes que te diría que no.
-Y eso ¿Quién te
lo ha dicho?
-Mi mente.
-Pero no lo dice
tu corazón.
Aquí esta el capítulo, sentimos haber tardado en subirlo es que hemos tenido muchos exámenes, pero por fin lo hemos subido. Encima de la foto de Paula hay una encuesta, no os olvidéis de votar. Esperemos que os guste, comentar, besitos.
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