El silencio la está matando y opta por darle una respuesta que no se encamine por ninguna de las dos opciones, así le da tiempo a dar con la decisión correcta.
-Todavía no se lo que voy a hacer, hay muchos pros y contras en las dos opciones. Pienso que no es una decisión que tenga que tomar urgentemente, no se va a acabar el mundo mañana.
-Vale. Algo más que decir.
-Si, en estos momentos te necesito a mi lado, si vas a fallarme hazlo ya para que no me lleve la gran decepción, es decir, si no quieres estar conmigo dímelo ya, no estés esperando.
-No te fallare, quiero estar a tu lado y lo sabes.
Paula le sonríe, se sienta sobre él y acerca su cara a la de él para que la distancia que los separa solo sean 5mm, para acompasar sus respiraciones. John sube la cabeza para poder alcanzar sus labios, pero Paula se aparta rápidamente. Se ríe y vuelve a acercarse a él, pero esta vez si se produce el beso tan deseado por John. Él desliza las manos por su espalda, bajan hasta sus piernas. Se separa de él y lo deja a mitad de beso, deseando más. Se levanta de la cama y abre el armario.
-¿Qué haces? ¿A dónde vas?
-Voy a la playa.
-¿Y me vas a dejar así?
-Si.
-A la playa puedes ir más tarde, ahora la prioridad soy yo.
- A ti también te puedo complacer más tarde.
-Ya bueno, pero antes de nada define el estado de nuestra relación...prefiero que lo hagas tú, a que saque yo conclusiones y no te gusten.
-Saca las conclusiones que quieras no me disgustara ninguna, me voy a la playa ¿vienes?
-Si, supongo que si. Somos amigos con derecho a roce, estamos saliendo...
-Lo que tu quieras, pero advierto que si solo somos amigos con derecho a roce, soy celosa y se que tú también. Así que debemos considerar que es opción no es del todo valida.
Dicho eso Paula salió de la habitación y directamente se fue a la playa. John la siguió con la mirada, pero al poco salió tras ella. La alcanzó con unos pocos pasos, la cogió por el brazo y la acerco a él hasta poder hacer rozar sus labios con los de ella. La beso intensamente, necesitaba besarla, esta vez no se quedaría con ganas de más. Los besos de Paula eran la mejor medicina para el corazón roto de John. Aquel corazón que Paula rompió nada más decirle que tenía novio. Aquel corazón que había sido maltratado y pisoteado, pero Paula no era la mala de la película, que estaba más enamorado de ella de lo que había estado nunca era cierto, pero que era la que más daño le había hecho no. Al fin y al cabo en el amor se pueden tener daños colaterales y estos te pueden enseñar una valiosa lección ¿no?