Los brazos de Josh
simulaban mis ataduras, sus manos entrelazadas para no dejarme ir y sus ojos
cerrados no sabían si yo seguía allí a su lado. Como si de una frágil escultura
de cristal se tratara separe sus brazos de mí con suavidad, intentando no despertarle.
Me levante y ande con sigilo hasta la puerta, cuando conseguí girar el manillar
sin hacer ningún ruido oí como Josh decía algo.
-…lo siento no
quería despertarte-dije un poco avergonzada.
-No si ya estaba
despierto-dijo a la vez que se levantaba de la cama-permíteme decirte que estas
muy mona cuando duermes-dijo mientras se acercaba a mi-aunque bueno debe ser
porque cuando duermes no te pones nerviosa-susurro al lado de mi oreja y rodeo
mi cintura con sus manos.
Apoye mi espalda
en la puerta y le mire a los ojos, su mirada hacía que mi corazón se acelerara
y no sabía por qué.
-Oye ¿no podemos
cancelar la apuesta que hicimos ayer?-le dije nerviosa.
-No
¿por qué? ¿Tienes miedo de perder?
-Pues no, no tengo
miedo de perder, y la razón de que quiera cancelarla es porque es una mala
forma de ligar-le dije a la vez que despegaba sus manos de mi cintura- eso es
lo que pretendes, apenas me habías hablado hasta ayer, incluso pensaba que me
odiabas-hice una pausa-pero ese no era el plan que tenias para mi, veo tus
intenciones. Tan solo me quieres para echar un polvo y nada más, al fin y al
cabo esto es un juego para ti-le dije con seriedad.
Pero rápidamente
el hizo que la seriedad se borrara de mi cara, volvió a poner una de sus manos
sobre mi cintura, con la otra agarro mi cara y la acercó hacia la de él.
-No mis planes no
son esos-dijo en otro susurro.
Junto nuestros
labios, acarició mi espalda, enredo su manos en mis cabellos y después se
separó de mi, sentía como si me hubieran arrancado una parte de mí. Había sido
dura con él, pero no podía soportar que estuviera jugando conmigo. Es verdad
que yo le había seguido el juego, había echo una apuesta el día anterior, pero
no suelo hacer apuestas y no solía llevar a cabo lo que se había apostado. Por
lo que con aquella me había cortado un poco. No sabía si él sentía algo por mí,
pero yo tampoco sabía si sentía algo por él.
-¿Cómo sé que no
estas jugando conmigo?-le dije en un susurro-¿Cómo sé que no haces esto por
divertirte?
-¿Quieres cancelar
la apuesta?-dijo serio
…
(POV Angel)
Me sabía cada
pequeño detalle de aquella foto, había pasado toda la noche mirándola, rezando
para que volviera, para que todo aquello no fuera más que un mal sueño. Sentado
sobre su cama, miraba cada foto que ella había abandonado en aquella
habitación, todavía podía recordar los últimos minutos que había pasado con
ella.
Su respiración
agitada, sentía como ella se agarraba fuertemente a mi espalda, sentía como su
cuerpo se retorcía bajo el mío, sus ojos clavados en los míos a veces si, a
veces no, se escondía en mi cuello. Notaba como sus labios se posaban sobre él
y luego los juntaba con los míos. Y finalmente caía en un lado de la cama y me
decía “Te quiero”, yo me acercaba a ella y la besaba. Me acercaba a su cuello y
olía su dulce perfume, le daba un pequeño beso y la abrazaba.
Aquellas imágenes
se repetían en mi cabeza una y otra vez, quería encontrarla y volverle a decir
te quiero. La añoraba y tan solo era el primer día que ella estaba
desaparecida. Una lágrima resbaló por mi mejilla, podía soportar que ella
estuviera en Londres, lejos de mí, pero no podía soportar no saber donde
estaba. Aguanto la distancia pero no la ignorancia.
Me levante de la
cama y fui hacia su armario, del saque la camiseta que le había regalado por
uno de sus cumpleaños. Era de color azul y tenía escrito con letras de color
blanco “you make me happy”, Paula solía
llevarla con unos vaquero y una chaqueta fina, a conjunto solía lucir su
perfecta sonrisa y sus cabellos sueltos a excepción del flequillo que recogía
hacia tras con varias horquillas Solía estar preciosa, pero con aquella
camiseta todavía me parecía más hermosa, llamarme snop o pijo o lo que os
parezca, pero la hecho tanto en falta que hasta vestida de rana para mi estaría
guapa. Deje la camiseta donde estaba, salí de su habitación y me fui directo a
la calle, necesitaba dar un paseo para despejarme.
(POV Andrea)
Perfile mis ojos
con un negro intenso que los hiciese destacar, cogí mi bufanda blanca y la enrosque
alrededor de mi cuello. Tome mis llaves y mi móvil, baje las escaleras, cogí un
postit y le escribí diciendo que había salido. Salí a la calle, no hacía un sol
deslumbrante, pero tampoco hacía mal día. Camine hasta la librería más cercana,
entre en ella, en el mostrador había una chica joven que leía un libro. Mire la
portada, no era una fanática de la lectura por lo que no reconocí el libro, en
ella se veía un pequeño pajarito rojo y ponía “Catching Fire". La lectora parecía apasionada con la lectura, tanto que no pareció percatarse de que yo estaba allí. Tosí para aclararme la garganta y ella levanto la mirada, en parte con un deje de fastidio y por el otro de "que desea". Se puso en pie, me sonrió y formuló su pregunta.
-Buenos días, ¿qué desea?-dijo con un tono agradable.
-Pues el periódico de hoy y...¿esta interesante ese libro?-dije señalando al que estaba leyendo la dependienta.
-La verdad es que sí, yo estoy enganchadísima,es una trilogía, este que me estoy leyendo es el 2º libro.
-Pues...no soy una gran aficionada a la lectura, pero haré un esfuerzo...quiero el primer libro.
-Como usted desee-dijo mientras iba a la tras tienda a por un ejemplar.
Unos minutos después la chica apareció con el periódico en una mano y el libro en la otra.
-¿Algo más?-dijo a la vez que posaba los objetos en el mostrador.
-No, creo que no se me olvida nada-dije a la vez que sacaba mi cartera.
Pague y me despedí de la dependienta, salí a la calle, note como el frío comenzaba a arreciar. Ande hasta Candmen coffee house, entre y me senté en una de las mesas que estaba al lado de la ventana. Pedí un café bien cargado y en espera del pedido comencé a leer el libro que acababa de comprar. Poco después note como mi café ya estaba listo, por lo que levanté la vista para mirar al camarero, pero quien me traía el café no era otro que Angel. Le lance una mirada de desprecio, ayer se había comportado como un gilipollas.
-¿Puedo sentarme?-me dijo con un tono amable.
-Tan solo dame una razón para que merezcas que te mire.
-Mira ya se que ayer me comporte como un gilipollas, lo siento, perdí los nervios.
-Perder los nervios es poco...con la somanta que le diste a John pensé que lo habías matado.
-Ya he dicho que lo siento, cuando me tope con él me disculparé-dijo con un tono lastimero, haciendo notar que echaba de menos a Paula.
-¿Qué quieres?-le pregunte sin rodeos.
-¿Qué sabes del paradero de Paula?-dijo a la vez que se sentaba y me acercaba el café.
-Nada, no tengo ni idea de donde esta.
-¿Tu madre no te ha dicho nada?
-No, simplemente me ha dicho que no la buscara, que se encargaría la policía. Aunque no me creó ni una sola palabra.
Las palabras parecieron sorprender a Angel, que en el momento profirió un gritito de alegría. cogí mi taza y le dí un sorbo, le dí vueltas con la cuchara y volví a dar otro sorbo.
-¿Sabes que gritas como una nena?
-¿Qué?
-Acabas de soltar un gritito de alegría, ¿por qué?
-Porque por lo menos alguien piensa igual que yo.
-¿Cómo que igual que tú?-pregunte con tanta frialdad que hasta el camarero que acababa de pasar casi se convierte en estatua de hielo.
-Yo no pienso que la policía vaya a buscarla.
-Eso ya lo sabía, pero ¿hay algún detalle más que tengas que aportar?-volví a decir con frialdad.
-Bueno, yo voy ir a buscarla-dijo por fin.
-¿Y...?
-Quiero que me ayudes-dijo temiendo recibir un bofetón.
-Pues haber empezado por ahí...-dije y volví a dar otro sorbo a mí café.
-Menos mal, ya pensaba que iba a ir solo...
-No me extraña que Paula te quiera tanto, pero ¿hasta dónde serías capaz de llegar por ella?
-No hay límites para volver a estar a su lado-dijo con seriedad.
-Paula tiene razón la quieres de verdad-dije a la vez que miraba mi taza que estaba vacía.
Mire a un lado y Víctor entró por la puerta del café, me slaudo y yo repetí el gesto. Se dirigió a la mesa en la que Angel y yo estábamos sentados.
-Buenos días chicos, ¿qué tal os va la mañana?-dijo canturreando.
-Pues...podría ir mejor, pero...
-Lo estamos...llevando como podemos-dije finalmente-¿quieres tomar algo?
-Voy a pedir un café con leche, ¿vosotros qué queréis?
-Yo quiero otro café.
-Yo lo mismo, pero
espera que voy yo a la barra a pedir todo.
-Que amable-dijo
Víctor riendo.
-Es lo menos que
puedo tras como me comporte ayer…
-Ya, ya ahora
haznos la pelota-dije medio en broma, medio enserio.
Él simplemente se dedicó a sonreír y se dirigió a la barra. Víctor me miro como si esperase una algo, no se lo que estaba esperando, pero desde luego no creo que fuese a suceder lo que el esperaba.
-¿Estamos saliendo
o no?-dijo serio.
-Si te conozco
desde hace nada, ¿como vamos a estar saliendo?
-¿Y?-dijo con un
tono ciertamente irritante.
-Que el otro día a
un que fueses caqui durante dos segundos no significa que vaya a salir contigo
así como así.
-Pensé que eras
más lanzada-dijo como si estuviera retándome.
-Pues pensaste
mal-dije con una sonrisa socarrona-no te lo voy a poner tan fácil. Cualquier
otra cría hubiera caído a tus pies, pero yo no.
-Conseguiré que te
enamores de mí.
-Pues ya puedes ir
empezando-le dije burlona.
-Bueno aquí esta todo-dijo Angel
interrumpiendo en aquella batalla de miradas-tu café con leche, tu café bien cargado
y el mío.
Los tres dimos un trago al café casi a la vez, mire a Angel y a Víctor, les sonreí y me levante para ir al baño. No lo vi venir, por lo que me tropecé con una pareja que caminaba cerca de nuestra mesa. Me gire para pedir disculpa y vi que eran Josh y una chica que quizá fuese su hermana.
-Lo siento Andrea es que no te vi venir-dijo Josh a la vez que cogía su móvil que se había caído al suelo.
-No ha sido culpa
mía no mire a ver si pasaba alguien-dije mientras miraba ha aquella menudita
chica de flequillo recto y ojos azule-¿es tu hermana?
-No…es…”una
amiga”.
Vi como Angel
abría los ojos como si se le fueran a salir de las orbitas, me causo gracia,
pero no le dije nada no fuese a ser que explotara aquí en un arrebato de ira.
-Bueno ehh…pues que
bien…podéis sentaros aquí con nosotros, si queréis claro, yo voy al baño vuelvo
en un segundo.
-Ehh te
acompaño-dijo tímida la chica menudita.
-OK.
-¿Te pido algo?
guapa-dijo refiriéndose la peque y haciendo que una cólera creciera en mi
interior-un café por favor.
-Tu Andrea,
¿quieres otro café?-pregunto Angel.
-No, gracias, si
me tomo otro estaré eléctrica hasta mañana-dije a la vez que iba en dirección a
los baños.
Entre en el baño y deje que la chica pasara tras de mi, me hacer que al lavabo y abrí el grifo. Cogí él máximo de agua que pude con las manos y me la eche en la cara.
-Me llamo Alicia-dijo la chica un tono tímido y mirando hacía el suelo.
-Yo Andrea-dije
estirando mi mano para ofrecérsela-bueno puedes llamarme Andre si te gusta más
o Andy, bueno como prefieras. ¿Solo eres su ami…
-No, no soy su
novia-dijo cortándome-se lo ha inventado, pero déjalo si así esta a gusto-dijo
apretando un pequeño bolso que llevaba contra si.
-Ahh, bueno, pero
a ti te gusta ¿no?
-No lo se, cada
vez que estoy con él se me acelera el corazón, es como si necesitase un tercer,
como si no le pareciera suficiente con la sístole y la diástole, para poder ir
más despacio-dijo mirando al suelo-no se que hacer, ni siquiera se si le gusto
de verdad…pienso que esta jugando conmigo…
-¿Cuánto hace que
lo conoces?
-Pues…no llega a
ser suficiente tiempo para poder llegar a conocerlo a fondo…
-Pienso que
deberías dejar de pensar en él continuamente, te estas comiendo la cabeza y eso
no debería de ser así, si a él le gustas que venga, te pida salir y te jure que
te quiere. Aunque bueno hay preocupaciones más grandes en la vida que los
chicos…
-Yo estoy sola
aquí, en Inglaterra, simplemente luchó por alguien que me quiera, ¿qué hay más
importante?-dijo Alicia con voz cansada, desanimada, incluso dolorida.
-Ayer…-se me hizo
un nudo en la garganta-desapareció mi mejor amiga-dije casi ahogándome con las
lágrimas reprimidas-lo sé, es el primer día sin ella y no debería estar así,
podríamos decir que se ha escapado de casa y puede que vuelva, pero sabemos de
sobra que la han secuestrado. Antes era una marginada en mi antiguo insti,
ahora desde que me mude aquí y la conocí a ella me va mucho mejor, perderla
ahora es un golpe muy duro.
-Lo siento mucho…
¿cómo has dicho que se llama tu amiga?
-No lo he dicho,
se llama Paula.
-Es novia de Angel
¿verdad?
-Sí… ¿cómo lo
sabes? ¿De qué conoces a Angel?-dije sin poder ocultar la sorpresa.
-Es una larga
historia…
-Tengo tiempo-dije
con impaciencia.
-Antes de nada,
deja que te haga una pregunta, ¿esa chica hace milagros? Es que ha hecho que
Angel venga hasta Londres, que tú seas feliz, que no digo que sea misión
imposible, pero no cualquier persona te hace feliz.
-No sé, pero yo
quiero que vuelva.
Alicia me miró haciendo que me sintiera comprendida, me miré en el espejo, tenía los ojos llorosos. Abrí el grifo y me los limpie haciendo que no quedara huella de que habían estado en aquel estado, en esos momentos es en los que dicen que se tiene que practicar una sonrisa en el espejo y aguantar lo que se te venga, por lo que lo hice que mi boca se curvara en una media luna y me decidí a salir del baño. Dispuesta afrontar lo que se me viniera encima.