(POV Paula)
Aquella noche no estaba siendo de las mejores de mi vida, John se
había pasado toda la tarde explicándome los detalles de su plan maestro, el
cual a mí no me apetecía cumplir. Los asesinos de mi padre andaban por Londres
buscándome y seguro que no era para darme el pésame, aquel plan de John hacía
que cada vez me deprimiera más. Si mi vida se iba a basar en huir todo el
tiempo, estaba claro que yo no iba a cumplir ese requisito. Tendría por lo
menos que pasarme dos semanas encerrada en esta maldita habitación y luego
derechita a Francia, a ocultarme durante algunos meses. La idea de volver a
apartarme de Angel hacía que las lágrimas acudieran a mis ojos, no quería irme
si no era con él. John decía que se vendría conmigo y que le pondría como
excusa a Ingrid que se tomaba unas vacaciones. En estos momentos estaba sola en
la habitación, John se había marchado ya que Ingrid le había llamado para darle
la noticia de mi “secuestro”, esto permitió que yo me desahogase que volviera a
romper en llanto después de un tiempo. Veía como todo aquello se cobraría con
mi relación con Angel, sentía que todo
aquello no era más que el comienzo de algo realmente trágico. Tan solo esperaba
que John viniese dándome una buena noticia como “no nos vamos esos sicarios se
han largado” o “se han acabado tus penas Angel se viene con nosotros a
Francia”, pero sabía que ninguna de aquellas ilusiones se cumpliría, eran tan
solo eso, ilusiones. Me seque las lágrimas y espere que un milagro sucediera,
pero unos minutos más tarde ni surgiría un milagro ni ninguna ilusión se
cumpliría. John había llegado y no precisamente con cara de felicidad, en uno
de sus labios era visible un poco de sangre seca y el pómulo se tornaba de un
color violáceo. Casi podía predecir lo que había pasado, pero prefería que él
me contara su versión de los hechos.
-¿Tu novio va al gimnasio?
-No, que yo sepa.
-Y ¿aun psicólogo?
-No, ¿por qué?
-Pues lo necesitaba, más que nada para aprender a controlar esa
agresividad que tiene o poder descargarla en otro sitio que no sea mi cara-dijo
señalándosela.
-Si no le tocaras tanto los cojones, él no te pegaría tal somanta de
ostias-le dije con una sonrisa socarrona.
(POV John)
Unos minutos antes…
Todos nos habíamos reunido en casa de Richard, aquello parecía un
funeral, todos tenían caras largas. Era el primer día sin Paula y ya parecían haber
perdido toda esperanza de encontrarla, es verdad que todo aquello era un engaño
y que no debía de torturarles o echarles la culpa por no cuidar de ella. Necesitaba
que todo aquello fuese lo suficientemente creíble para que la dejasen en paz
los asesinos de su padre, pero no podían actuar como si hubiesen perdido toda
esperanza de encontrarla. Richard había comenzado hablar nos explicó que había pasado, claramente contó
la versión de Angel y sin contar la verdad sobre que hacía el en la habitación
de Paula. Entonces Angel se levantó y me señaló.
-Ha sido él. John la ha secuestrado.
Todos me miraron perplejos, pero yo me mostré indiferente. Luego
hice el papel de amigo afectado.
-Yo no he sido, jamás le haría daño a Paula. La quiero como si fuera
mi hermana pequeña.
-Si tú nunca has tenido hermana pequeña como vas a saber lo que es
quererla.
-Tú apenas me conoces, no puedes decir que miembros de mi familia
aun quedan en pie, para poder quererles. Por lo que cállate la boca niñato de
mierda-me había tocado la vena sensible.
-Angel no puedes juzgarle sin tener pruebas-dijo Andrea intentando
defenderme-aparte John es su amigo, ¿por qué iba a querer secuestrarla?
-Es que el señorito Angel se cree que no tengo otra cosa mejor que
hacer que secuestrar a su novia…
-Viendo que estas obsesionado con ella.
-Pero que te piensas que soy un maníaco, lo siento amigo, pero aquí
el único loco eres tú.
-No estoy loco, antes de que ella desapareciera le estabas hablando,
estoy seguro de que eras tú.
-Así y respóndeme a una pregunta ¿por casualidad viste algo o solo
escuchaste?
-Estaba dentro del armario por lo que solo te escuche.
-Y ¿qué hacías dentro del armario?
-Eso no es de tu incumbencia.
-A claro ahora supuestamente soy yo el secuestrador, pero aquí el
señorito anda ocultando cosas y encima me acusa sin tener pruebas-me levante
airado-bueno si no tenéis nada más que decir yo me largo, ciao “Angelito”.
En ese momento vi como la cólera de Angel llegaba al extremo más
alto, es decir, el nivel de “ya no aguanto más a este tío”, me echo una mirada
iracunda y acto seguido me dio tal puñetazo que casi me tumba. Pero no fue solo
eso, siguió pegándome, pensé que acabaría sin conocimiento. Entonces llegaron
Ingrid, Andrea y Víctor en mi ayuda, intentado apartarlo de mí.
-Angel cálmate, así no vas a hacer que Paula vuelva-dijo Ingrid con
una voz apresurada.
-Pero déjale en paz, no ves que él no ha hecho nada malo-le dijo
Andrea enfadada.
-Se de sobra lo que ha hecho-dijo Angel enfurecido.
-John, vete-dijo Víctor muy serio.
Yo asentí, abrí la puerta y fui en dirección a mi coche. Arranque y
acelere antes de que quizá Angel saliera corriendo tras de mi como un loco.
(POV Paula)
-Eres un capullo.
-¿Por qué?
-No espera la palabra capullo se queda corta, eres un…un…
-Pero ¿por qué?
-Y todavía me lo preguntas.
-Soy un capullo ¿por qué? ¿Por protegerte? Muchas gracias Paula,
ahora sé que ese es el trato que le das a las personas que te protegen.
-Pero…
-Paula déjalo, me lo estás diciendo como si te lo estuviera haciendo
por joder…
-Es que lo parece…
-Pero es que no es así, no lo estoy haciendo por joder o no lo
comprendes. Si no te vas de aquí durante un tiempo acabaras muerta-dijo
gritándome-el trabajo de tu padre no era una broma.-dijo más suave, como
arrepintiéndose de haberme gritado-El no quiso meterte en todo esto y siento
tener que decírtelo, pero eres un cabo suelto de su misión. Él no pensaba que
los narcotraficantes le descubrirían y menos que te descubrirían a ti, ahora
piensan que tú sabes algo de lo que haya descubierto tu padre. Así que eres eso
un cabo suelto. Mira ya sé que esto no te parecerá justo, que tú tengas que
pagar por lo que hizo tu padre, pero la vida es así.
-¿La vida es así? Me estás diciendo que podrían matarme y lo único
que se te ocurre decirme es “la vida es así”-le dije con ira.
-¿Qué quieres que te diga? Mira la culpa no es mía, yo no te metí en
todo esto. Yo solo intento protegerte-dijo otra vez gritándome-Paula no puedes
echarme la culpa sino la tengo, te crees qué a mí me hace alguna gracia tener
que largarme a Francia, ¿te crees qué me hace gracia?
-No sé si te hace gracia o no, pero si toda mi vida va a ser huir no
voy a cumplir ese requisito. Sabes tengo una vida y quiero seguir con ella, sin
tener que huir.
-Y te crees que yo no tengo una vida, Paula todos tenemos una vida,
Angel, tú, yo. Mira no puedo predecir el futuro, no sé si vas a tener que estar
huyendo todo el tiempo, solo sé que cuando te encuentras con un obstáculo en tu
vida tienes que intentar superarlo. Si tu relación con Angel es tan fuerte como
parece, no tienes por qué preocuparte por la separación, porque esa es a la
vida que te refieres ¿no? Angel se ha convertido en tu vida.
Asentí con la cabeza, intentando ocultar mis lágrimas. Seque mis
lágrimas con la maga de mi camiseta, sentí como el corazón se me enfriaba y se
hacía añicos, pero sentí que no podía darme por vencida, no me podía rendir.
Tenía la esperanza de que algún día todo aquello volviera a la normalidad, no
me refería una vida con una rutina, ni tampoco a un cuento de hadas en el que
todo fuesen rosas y margaritas, simplemente una vida feliz.
-Mira ya sé que ahora me odiaras-dijo John con un tono amargo-pero
me lo agradecerás, hazme caso.
El silencio se apodero de aquella habitación, lo único que se oía
era la respiración de John y la mía. Quise sumirme en la tranquilidad, intente
cerrar los ojos y relajarme hasta llegar a dormirme, pero me era imposible. Me
era imposible con el allí, sentado en aquel sillón, mirándome, poniéndome
nerviosa. Me senté y le mire, respire y espere a que él estuviera dispuesto
para responder a una pregunta.
-¿Por qué me proteges?-le pregunte de sopetón.
El saco su móvil y rebusco algo en él, tras unos minutos lo tiro
sobre la cama e hizo un gesto en señal
de que podía leer lo que ponía en su pantalla. El mensaje ponía lo siguiente:
“John sé que no debería pedirte esto, pero eres quizá el único al que puedo pedírselo. Por favor protege a mí hija, yo ya no la volveré a ver y no podré protegerla, necesito a alguien que este con ella. No te dará problemas es una buena chica. Por favor protégela por mí, yo ya cuento mis horas. Dile que la quiero.”
“John sé que no debería pedirte esto, pero eres quizá el único al que puedo pedírselo. Por favor protege a mí hija, yo ya no la volveré a ver y no podré protegerla, necesito a alguien que este con ella. No te dará problemas es una buena chica. Por favor protégela por mí, yo ya cuento mis horas. Dile que la quiero.”
-Lo haces porque él te lo pidió-dije en un susurro-pero no necesito
una niñera, yo ya no soy una niña.
-Si pero tampoco una ninja para enfrentarte a esos tíos-dijo a la
vez que recogía su móvil y dejando tras de sí un silencio sepulcral.
Pero tras aquel silencio intento quitarle hierro a la situación, se
sentó a mi lado y me mostró una sonrisa.
-Oye, solo una pregunta ¿qué pintaba Angel en tu armario?
-¿Qué?
-¡Es verdad! Que no te acuerdas. Bueno yo te explicó, antes de tu
“secuestro” según dijo lo encerraste en tu armario. Mira a ver si cuando salió…
Me quede pensativa, intentando recordar. Cuando intentaba recordar
sentía un dolor agudo en la sien, se me hacía algo duro, pero por fin conseguí
acordarme de una pequeña parte.
-¡Ah! ya me acuerdo, Angel estaba en el armario porque estaba
des…-me tape la boca, no quería decirle nada sobre qué había pasado.
-Empieza por des y acaba por nudo-dijo cómicamente-ya entiendo dijo.
-¿Qué entiendes?
-Pues que estabais…
-Te equivocas, no estábamos haciendo nada…
-Bueno vale y ¿qué pasa?
-No nada si…es una cosa muy
natural.
-¿Cómo si tú no lo hicieras?-le dije cómica-Bueno igual no.
-Ves si es que provocas-dijo el riéndose-luego querrás que no…
-¿Qué no que?-dije maliciosa.
Se acerco y acarició mi mejilla, me miro a los ojos y se acercó más,
pero yo me aparte.
-John sabes que no puedes volver a besarme, no esta bien-le dije en
un susurro.
-¿A ti quien te dijo que te iba a besar?-dijo en tono cómico.
-Intuición femenina, pero acerté.
-Bueno pero te iba a besar en la mejilla-dijo a la vez que se
acercaba y me besaba-buenas noches canija.
Se levanto de la cama y comenzó a quitarse la ropa. Yo mire a los
lados para saber donde iba a dormir, pero no vi más cama que en la que yo
estaba sentada.
-Emm…John y ¿dónde duermo?
-En el suelo no claro esta, tú duermes en esta cama.
-Ahh…y ¿tú?
-En esta cama también.
-…siento decírtelo, pero es que tengo la mal manía de dormir sin
pijama, además aquí no tengo pijama.
-No te preocupes yo también tengo esa manía.
-Por eso lo digo, porque te estoy viendo venir.
John se rió, saco una camiseta gris del armario y la tiro sobre la
cama.
-Ponte la te servirá como camisón.
La cogí y me fui al baño a cambiarme, doble mi ropa y salí del baño.
Tras salir del baño deje mi ropa en el sillón en el que antes se había sentado
John, me metí en la cama y apague la luz. Note como una de las manos de John
iba a parar a mi cintura, me gire para poder mirarle a la cara y busque sus
ojos en la oscuridad.
-John, quita tu mano de mi cintura-dije en voz baja.
-¿Por qué?
-Porque como no lo hagas vas conseguir odiarme y no te digo que
método voy a usar-le dije en tono serio.
-Que genio tiene aquí la canija-dijo a la vez que quitaba la mano de
mi cintura.
-No voy a empezar a discutir, tengo sueño y me duele la cabeza,
buenas noches John.
Y deje que la calma reinara, aquel había sido un día muy largo y en
cierto modo estresante. Había vuelto a ver a Angel y eso me hacía feliz, pero
luego las cosas se tornaron a mal como un día soleado se vuelve lluvioso.
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