(POV Paula)
-Abróchate el
cinturón, vamos a despegar-dijo con la voz temblorosa.
-Voy-dije
abrochándome-¿Por qué estas tan nervioso?
-¿En serio?
-Si.
-A entonces te
pasa como a Melendi.
-¿Cómo a quién?
-Melendi, sabrás
quien es ¿verdad?
-Sí, si claro.
-No lo sabes.
-No, ya me lo
enseñaras cuando lleguemos a Francia.
-Vale. Supongo que
me dormiré por lo que por favor despiértame cuando estemos llegando.
-Tranquila lo
haré.
Pocos minutos
después una nube de sueño se cernió sobre mí haciendo que mis ojos se cerraran
por el cansancio y el estrés acumulado. Podía sentir como John sonreía, no sabía
como lo sentía, pero lo hacía. En unos minutos todos mis sentidos se anularían
a causa del sueño.
Unas horas
después…
-No te quites la
venda de los ojos ¿vale?
-Vaaaale-dije con
resignación-jope yo quiero ver.
-Espera un
poco-dijo a la vez que movía rápidamente unas llaves-ahora sígueme sin quitarte
la venda de los ojos.
-A genial, es que
veo a través de las vendas-dije con ironía.
-Te llevare a
cuello.
-¿Qué? No por
favor, John que me da miedo.
-¿Te da miedo? ¿No
confías en mí?
-Si, pero…
-Venga que te
llevare como a las novias-dijo a la vez que me levantaba en aire-aunque te
falta el vestido blanco…-dijo mientras echaba a andar.
Mis pies tocaron
el suelo y mis ojos fueron descubiertos al mundo, por un momento la claridad
hizo que cerrase los ojos. Poco a poco, pude ver aquel bello paisaje, con una
playa y un precioso acantilado. Me preguntaba si aquello no sería un sueño,
pero ya se encargo John de demostrarme que no seguía en el avión durmiendo como
una marmota, me pellizco en el brazo haciendo que me frotase el brazo y
haciendo que se lo devolviera.
-¿Dónde estamos?
¿Qué es este lugar?
-Pues estamos en
el departamento de Bocas del Ródano, esta villa portuaria se llama La Ciotat.
-Este lugar es
precioso. Es…no sé…me encanta…pero…yo creo que estoy soñando…
-Si quieres te
vuelvo a pellizcar…
-No, no hace
falta, estoy suficientemente despierta.
-Bueno puedes ir a
instalarte en tu nueva habitación-dijo señalando una de las puertas. Y
tranquila dormimos separados, cada uno tiene su habitación.
Asentí con la
cabeza, cogí mi maleta y me fui a mi habitación. Abrí la puerta de la
habitación, era luminosa con vistas al mar, en esos momentos no añoraba los
días lluviosos de Londres a pesar de ser uno de mis lugares favoritos. Aunque
pienso quizá tan solo lo sea por que me recuerda a mi antiguo hogar. No me
entretengo más y comienzo a colocar todo objeto que me haya traído de Londres.
Poco después estoy cogiendo uno de mis bikinis para poder sumergirme en las
aguas cristalinas que tanto me están llamando la atención. Oigo como la puerta
se abre.
-Iba a preguntarte
si… ¿a dónde vas?
-A la playa…
-Te vas a bañar
¿no?
-No, voy a que me
piquen las medusas…
-Ja-ja-ja que
risa…
-Chico, es que
tienes unas preguntas de bombero retirado.
-¿Puedo ir
contigo?
-Si claro, yo no
te quito.
-A vale pues
entonces espérame un momento.
Poco después ambos
estábamos en la playa haciendo fantasmadas como es habitual. Estaba bien que
tras tantos “días lluviosos” viese uno soleado, aunque ello no me liberase de
preocupaciones, pues todavía quedaba una vuelta a casa con explicación
incluida, que aunque todavía quedase mucho para ello daban a mi cerebro
trabajo. Pensaba en el estrés de la vuelta, vuelta a la rutina, explicarles
todo a mis tíos, a Angel, a Ingrid y a Andrea, pero sobre todo a Angel. Ya me
estaba poniendo mal, no podía empezar a pensar en él, o bien me derrumbaba o el
sol ya no estaba lo suficientemente del planeta Tierra como para ofrecerme el
calor y la tranquilidad de los que hasta aquel momento había disfrutado. Ya empezaba
a notar que mi piel se ponía fría y que mi mirada se tornaba oscura, se me
quitaban las ganas de ir al agua a bañarme. John me miró de forma preocupada y
al momento ya estaba a mi lado para interrogarme, era como si me leyera la
mente, cada vez que algo me iba mal el aparecía y con su palabrería y su buen
humor ante la vida hacía que el problema se tornara pequeño. A pesar de la
discusión que habíamos tenido hace unos días, él ya no parecía recordarla.
-¿Qué te pasa?
¿Por qué esa cara?
-Nada, es solo que
estoy cansada del viaje.
-Sabes que eso no
sirve conmigo, no cuela tan fácilmente ¿qué te pasa?
-Es que…intento
verle el lado bueno a todo esto…es decir…estamos en la playa pasándolo bien y
todo eso, pero…
-Pero…
-Pero es que
pienso en que mi tío me estará buscando preocupado y Angel lo mismo y…es solo
en pensar que cuando vuelva tendré que explicarles todo esto y…
-No tienes porque
hacerlo…yo te dije que fingiríamos un secuestro…y así va a ser…no vas a tener
que explicarles nada…ahora disfruta de esto…no pienses en ello más. Las penas
ya las has sufrido durante mucho tiempo…ahora te mereces un poco de
tranquilidad.
En eses momento John
me cogió a cuello y me llevo hasta el agua, no podía quejarme de que estuviese
fría, pues no lo estaba. Aquello era el mediterráneo, el agua estaba como las
duchas de agua caliente que se da una en invierno. Me metió bajo el agua,
no me soltaba, y no me dejo salir hasta
que sintió que mis dientes se clavaban en su hombro. Entonces fue cuando me
soltó, pude ponerme en pie y respirar.
-Sabía que estaba
bueno, pero no hacía falta que me mordieses-dijo riendo.
-¡Me estaba
ahogando payaso! Y da gracias que te he mordido y no te hecho nada más.
-Es que desde
luego tengo que tener cuidado, que por aquí no hay polis para evitar una
violación.
-Ya claro, pero si
yo no te iba a violar.
-Y
¿quién te dijo que yo a ti no?
-Me lo ha dicho mi
mano que quiere aterrizar en tu cara... Y bueno tu mirada, se que me respetas y
no quieres hacerme daño…
-No sé si sabías
que no quiero cumplir expectativas…-dijo mirándome a los ojos.
-Si, me lo suponía…pero
a pesar de eso…ya sabes lo que pienso…-dije a la vez que mi voz se apagaba-pase
miedo mientras estaba bajo el agua-dije intentando cambiar de tema.
-¿A qué le tienes
más miedo? ¿A ahogarte o a quererme?
-A quererte…-su
mirada se dirigió al fondo del mar-pero la culpa no es tuya-le dije a la vez
que me acercaba a él.
-Entonces ¿de quién
es? ¿Es de Angel?-dijo con una voz queda y triste.
-No, no es de
Angel, ni tuya…es mía…no quiero haceros daño a ninguno de los dos. Tengo miedo
a haceros daño.
-Sabes que a mi ya
me lo has hecho más de una vez.
-Si, lo sé. Pero
no se como arreglarlo, no sé si el perdón te vale.
-Sí, el perdón me
valdría si me hubieras pegado un puñetazo, pero no quiero eso puesto que no me
lo has dado. Quiero la verdad.
-¿La verdad? ¿A
qué te refieres?
-¿Sientes algo por
mi? Se sincera.
-En principio
cuando te conocí no…pero fueron pasando los días y empezó a crecer un
sentimiento dentro de mi. Era muy diferente al que sentía cuando estaba con
Angel. Y no sé, es que cuando estoy contigo…es inexplicable…la conclusión si
siento algo-dije apartando la mirada.
-No, no apartes la
mirada…has sido valiente hasta ahora…no tienes miedo a ahogarte…y ahora tienes
miedo a mirarme a los ojos…no quiero ver huir esa mirada. Por lo menos no
quiero verla huir de la verdad.
Y entonces volví a
mirarle a los ojos, me acercó a él. Sentí una de sus manos en mi cuello y
la otra en mi cintura. Mi respiración se agitó y su corazón la imitó, cerré los ojos, sentí como sus labios rozaban contra los míos y finalmente se juntaron en un beso. Quizá por fuera todo fuese muy bonito, pero por dentro no tenia tan claro lo que estaba haciendo.
Bueno aquí tenéis el capítulo, esperamos que os guste, comentar y votar. Besos
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