Unas caricias
hicieron que saliese de mi profundo sueño. Angel pasaba uno de sus brazos por
mi cintura y besaba mi hombro desnudo, haciéndome cosquillas. Me revolví entre
sus brazos dándome la vuelta, quedando cara a cara con él. Me miró fijamente,
me sonrió y acto seguido juntó nuestros labios robándome un beso.
-Buenos días
preciosa.
-Y tan
buenos...-le devolví la sonrisa.
Sujetó mi cara
entre sus manos y yo hice lo mismo, quedando a escasos centímetros, centímetros
que pronto desaparecieron dando lugar a un nuevo beso.
-Bonita manera de
despertar- Le digo a la vez que le abrazo colocando mi cabeza sobre su pecho.
-Estoy dispuesto a
repetirla todos los días de mi vida.
-¿Pues tanto
tiempo vamos a estar juntos?- Le digo con una sonrisa en los labios.
-Ah, ¿no quieres?
-¿Estar toda la
vida contigo? Pues hombre, no sé quien te aguantará a ti tanto tiempo...
-Pues tú, porque
tú vas a estar toda mi vida a mi lado.
-¿Me vas a
obligar?- Le digo retándole.
-Para nada...
-¿Entonces como
estás tan seguro?
- Porque si tú no
estás a mi lado, yo ya no quiero seguir viviendo.
Esa frase de Angel
me descolocó por completo. Me abracé mas fuerte a él, como si así pudiese
demostrarle que nunca le iba a dejar, que le quería. Y el pareció entender mi
mensaje. Cogió mi cara entre sus manos y me besó con ternura, como nunca antes,
como si ese beso fuese la prueba de que siempre estaríamos juntos.
-Yo nunca te voy a
dejar- Le dije.
-¿Cómo puedes
estar tan segura?- Dijo mirándome fijamente a los ojos.
-Porque te quiero.
-Pero puedes
llegar a querer a otra persona como a mí, o incluso más- Dijo con tono triste.
-No, eso nunca
pasará.
-Eso no lo
sabes...
-Sí que lo sé,
porque sé lo que siento cuando estoy contigo, y también sé que nunca voy a
sentir lo mismo con nadie más, porque el corazón nunca miente.
Le dije esto
último mirándole a los ojos, para que supiera que no le mentía, que quería
pasar mi vida a su lado.
- ¿O acaso te
tengo que demostrar cuánto te quiero?- Le dije con una sonrisa pícara, para
quitarle hierro al asunto.
-Bueno... no
estaría mal que me lo dejaras un poco más claro- Sonrío colocándose encima de
mi.
Comencé a besar su
cuello, invirtiendo nuestras posturas, pero me levanté de repente, dejándole
con las ganas.
-¿Pero dónde vas?-
Dijo con una sonrisa mal disimulada.
- A la ducha...
-Ah, ¿así me
demuestras cuánto me quieres? Pues muy bonito eh, muy bonito...-
Disimulaba indignación
-En ningún momento
he dicho que quiera ducharme sola- Le sonreí con malicia.
Sin pensárselo dos
veces, Angel se levantó de la cama como alma que lleva el diablo y me siguió,
cerrando la puerta del baño tras él.
...
Tres cuartos de
hora más tarde estábamos en la cocina, desayunando tranquilamente, tras una
mañana un poco "movidita", y no sólo por lo de la ducha, sino porque
Angel se había empeñado en hacer el desayuno... y la cosa no había salido
demasiado bien. Mientras desayunábamos, a Angel se le encendió la bombilla y me
dijo que me llevaría a un sitio, pero no me dijo a dónde. Me pasé el resto del
desayuno intrigada y cuando por fin terminamos y salimos de casa, no dejé de
insistirle para que me dijera a dónde íbamos.
-¿Me vas a decir
de una vez cuál es ese sitio misterioso al que me llevas?
-Pues no, ni
aunque me supliques…
-Mala persona-
Dije, poniendo el típico gesto de niña pequeña.
-¿Con que mala
persona no? Ahora verás lo mala persona que puedo llegar a ser…
Dijo esto último
mirándome con una perversa sonrisa y yo eché a correr, por lo que pudiera
pasar… Angel corría detrás de mí, parecíamos dos locos corriendo y riendo por la calle. Corríamos como si
estuviéramos compitiendo, hasta que Angel me alcanzó y los dos nos caímos al
suelo, él encima de mí, y empezó a hacerme cosquillas provocando que me
retorciera bajo su cuerpo. Y así estuvimos un buen rato, hasta que él se cansó
y se quedó mirándome fijamente.
-¿Qué pasa? ¿Por
qué me miras así?
-Pasa que te
quiero y te miro así porque me gustas, y porque me da la gana de mirarte.
¿Algún inconveniente con eso?
-No no, ninguno,
faltaría más…
Angel rio, e
inmediatamente se levantó, cogiéndome de la mano, haciendo que me pusiese en
pie yo también.
-Si no me dices a
dónde me llevas, no pienso ir a ningún sitio- Dije soltando su mano, intentando
que me dijera a dónde me llevaba.
- ¿Ah si? Tú lo
has querido.- Angel me cogió en el cuello y empezó a andar conmigo a cuestas.
La gente nos
miraba raro, normal.
-Vale vale vale,
voy a donde tú quieras, pero bájame que nos vamos a caer los dos – Dije riendo.
-Eres de lo que no
hay…- Me dejó en el suelo.
Por fin, tras 10
minutos más caminando, Angel dijo que estábamos llegando, me tapó los ojos con las manos y me cogió por
la cintura para que no me cayese.
-Angel, me voy a
matar- Dije entre risas, procurando no tropezarme con nada.
-Ya está, ya
puedes mirar…
Quitó sus manos de
mis ojos y pude ver un precioso paisaje. Era una pequeña playa, a la que yo no
había ido nunca. Era preciosa.
-¿Te gusta?-Me
dijo con una sonrisa.
-¿Y esto?-Le dije
sorprendida.
-¿Te gusta o no?
-Claro que me
gusta, es preciosa…
-Mis padres me
traían cuando era pequeño, siempre me encantó este lugar y esta mañana se me
ocurrió traerte aquí, no sé por qué pero sabía que te iba a gustar.
-Pues has
acertado- Le sonreí y seguidamente le besé.
-Te quiero Paula.
-Yo más
-De eso nada, yo
muchísimo más, y te lo puedo demostrar-Dijo mientras se acercaba a mí.
-Jajajaja no, no
hace falta que me lo demuestres- Le besé.
-Sí que hace
falta, las palabras no pueden decir lo que el amor hace.
Nos miramos a los
ojos por espacio de unos segundos y nos besamos. Angel me abrazó y decidimos
comenzar a andar de vuelta a casa. Íbamos caminado a la vez que hablábamos de
tonterías, cuando me paré delante de una tienda de tatuajes, y Angel adivinó
mis intenciones.
-Paula, no
pensarás…
-Anda, porfa, para
una cosa que te pido…- Digo con voz de niña pequeña.
-Eso es chantaje
emocional- Sonríe
-¿Esa sonrisa es
un sí?-Digo emocionada.
-Vaaale, pero yo
también me hago uno- Me dice Angel.
-Y… ¿Qué te vas a
tatuar?- le pregunto.
-¿Y tu?
-Lo mío es una
sorpresa-Le saco la lengua.
-Ah, pues lo mío
también…
Entramos en la
tienda y yo soy la primera en tatuarme. Según Angel, las damas primero. Por una
vez podía ser menos caballeroso. Cuando mi tatuaje ya estaba listo, le tocó a
Angel, y una vez hubo terminado él también, salimos de la tienda, no sin que
antes el tatuador nos diera una crema para que no se irritasen.
-¿Cuándo tienes
pensado enseñármelo?- Inquirió Angel.
-No se… ¿Qué te
parece esta noche?- Le dije mordiéndome el labio.
-Bueeno… sí,
estaría bien- Me besó.
…
Continuamos
caminado hasta llegar a casa, comimos entre risas y alguna tontería que otra
por parte de Angel, y nos pasamos toda la tarde tumbados en el sofá, viendo
películas. Una romántica, a petición mía, y otra de miedo que eligió
Angel. Sobre las ocho y media, cuando me iba a poner a hacer la cena, Angel me
dijo que me cambiara, que hoy me invitaba a cenar. Me dio una hora para estar
lista, el tiempo que a él le llevaría ir a su casa a cambiarse.
Antes de lo
acordado, concretamente a las nueve y veinticinco, Angel estaba en mi puerta,
guapísimo, como siempre. No iba ni muy formal, ni tampoco muy casual. Perfecto.
Y yo… yo estaba aún decidiendo que vestido ponerme, así que le abrí la puerta a
Angel en ropa interior, aunque no dejé que viera mi tatuaje, no hasta esta
noche.
-Menudo
recibimiento-Dijo Angel sorprendido.
-No te acostumbres
a esto…
-Pues ya que estás
así… No sé, podíamos saltarnos la cena y pasar directamente a…- Me dice con una
sonrisa.
-De eso nada,
chaval… si no hay cena no te enseño el tatuaje. Tu decides- Le dije fingiendo
estar seria.
-Es que me lo
pones muy difícil, mírate-Dijo repasándome de arriba abajo con la mirada.
-Bueno, mejor lo
dejamos ya…Voy a vestirme. Vengo enseguida-Le robé un beso.
En diez minutos ya
estaba lista. Llevaba un vestido azul oscuro, palabra de honor, por encima de
la rodilla Y unos zapatos negros, a juego con mi bolso. Bajé las escaleras y
Angel estaba esperándome abajo, me cogió la mano, ayudándome a bajar, tipo peli
americana, y me dio un beso que me dejo sin aliento.
-Estás preciosa-Me
dijo.
-Gracias, tu
también estás muy guapo- Le sonreí.
Salimos de casa y
en apenas quince minutos estábamos en el restaurante. Ya había estado algunas
veces allí, pero nunca con Angel. Nos sentamos en una mesa al fondo del local y
pedimos la cena. Cenamos igual que comimos, entre risas, tonterías y alguna que
otra frase insinuante de Angel, que me sacaba los colores. Al terminar la cena,
pagamos, o mejor dicho, Angel pagó, y emprendimos el camino a casa. Íbamos
abrazados, hablando de nuestras cosas. Llegamos a mi casa y nos encontramos una
nota de John sobre la encimera de la cocina, en la que decía que se quedaba a dormir
en casa de un amigo, que vendría mañana a la hora de comer. Cuando Angel leyó
la nota, me miró y me dedicó una sonrisa maliciosa. Sin que me lo esperase, me
cogió en el cuello y comenzó a subir escaleras arriba, hasta llegar a mi
habitación. Abrió la puerta despacio y me dejó en el suelo. Le sonreí y el
comenzó a besarme despacio, para luego intensificar la velocidad. Fuimos
caminando hasta el borde de mi cama, al tropezarme con él, caí sobre la cama y
Angel sobre mí. Siguió besándome y poco a poco fue bajando la cremallera de mi
vestido. Yo comencé a desabrochar los botones de su camisa, hasta que por fin
vi su tatuaje en el pecho. Me quedé mirándolo fijamente hasta que Angel me sacó
de mis pensamientos.
-¿Te gusta?- Me
preguntó.
-Es precioso…
pero, ¿por qué esta frase?
- Porque fue lo
que tú me dijiste esta mañana-Me sonrió
-Te quiero Angel-
Le volví a besar
-Bueno, tu ya
viste el mío, ahora te toca a ti-Dijo al separarse de mí.
-Está bien… -Dije
mientras me giraba, dejándole ver mi espalda.
-Words can´t say what love can do- Leyó Angel en voz
alta. Yo simplemente le
sonreí- ¿Por qué esta frase?
-Fue lo que tú me
dijiste esta mañana- Dije imitando su anterior respuesta.
Nos miramos
fijamente por espacio de unos segundos y volvimos a besarnos, yo continué
desabrochando sus pantalones hasta conseguir quitárselos y él hizo lo propio
con mi ropa interior. Me deshice de sus bóxers para quedar en igualdad de
condiciones. Ya no había nada que nos impidiera volver a unirnos en uno solo. Y
así lo hicimos.
Un tiempo después,
no sabría decir cuánto, Angel cayó a mi lado, exhausto. Ambos mirábamos al
techo intentando recuperar nuestra respiración normal. Angel me miró y sonrió,
y a mi se me escapó una lágrima de felicidad. Intenté quitármela lo más rápido
que pude, pero Angel la notó.
-Paula… -No le
contesté- Eh, mi vida, ¿que pasa?
-Nada- Le sonreí-
Que te quiero.
-¿Y por eso
lloras? ¿Tan malo te parece estar enamorada de mi?- Dijo provocándome una
carcajada.
-No tonto, es solo
que… me haces feliz- Le sonreí.
-Y tu a mi, mi
vida, no sabes cuánto- Me besó.
Le abracé, y así
nos quedamos un rato. Él acariciando mi brazo mientras yo reposaba mi cabeza en
su pecho. Los ojos casi se me cerraban solos, y poco a poco me fui quedando
dormida, con la certeza de que Angel era lo mejor que me había pasado en la
vida.
Bueno aqui teneis otro capítulo, en el que también a colaborado mi Amiga Paula. Comentar, besitos.
Buff, tengo envidia a Paula, yo qiero un novio como el suyo!!
ResponderEliminarPor cierto, el capi genial.
Me he dao cuenta q ultimamente subes mas a menudo, espero que siga asi.
Me encanta la historia ;)
Besos, Alicia
Jajajajajajajajaja no si la Paula de verdad tambien le tiene envidia, jajajajaja.
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar y darnoas la enorabuena a Paula y a mi.
Besos, Paula y Kris.
antes de ller te keria deicr que tienes un premio en mi bloggg besoos ahora me pongo a leeeeeeeeeeer
ResponderEliminarm a encantauuuuuu k kukiiiiiiiiiiiiiiiiii
EliminarGracias por leer el capitulo, por comentarli y por el premio. Besos de Paula y Kris. :)
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