Las
despedidas nunca son fáciles y más cuando no se sabe si volverás. Yo tengo una
gran experiencia en despedidas en las que uno se va y no vuelve. Los pocos días
que me quedaban en España pasaron muy rápido, y ya era 6 de enero. En tan solo
unas horas estaría en un avión con destino a Londres, y podía decirse que
estaba, de todo, menos feliz. No podía estarlo. Mucha gente sueña con visitar
Londres, incluso con irse a vivir allí. Yo misma, hasta no hace mucho, soñaba
con eso. Pero ya no. No quiero. Me aterra la idea de vivir en otro país con
alguien a quien apenas conozco y por Dios sabe cuánto tiempo, lejos de la
persona que más quiero en el mundo. Lejos de Angel. Pero no me queda de otra.
Mi única esperanza es que Ingrid consiga mi custodia lo antes posible. Pero aun
así, los 3 meses, como mínimo, que le llevaría conseguirlo, no me los quita
nadie. 3 meses. 92 días. 2208 horas. 132.480 minutos. No parece tanto tiempo,
pero para mí lo es. Es una eternidad si Angel no está a mi lado.
Angel
está sentado en el sofá, esperando su turno para despedirse de mí. Los primeros
han sido sus padres y parece que él quiere ser el último. Cuando llega su
turno, su primer impulso es darme el beso más asfixiante que nos hubiésemos
dado en nuestra vida. Me abraza. Yo respondo al abrazo y aguanto mis lágrimas
para que no salgan a la luz.
-No
pienso dejarte-me dice con amargura.
-Ni yo a ti.
-Llámame
cuando llegues ¿lo harás verdad?
-Pues
claro.
-Ya
sé que no hace falta que me lo prometas, pero prométemelo.
-Te
lo prometo, prometo llamarte cuando llegue y cada día al atardecer. Tú tienes
que prometerme que no me olvidaras.
-Te
prometo que no me olvidare de ti en toda mi vida.
Le
sonrío con amargura, esta separación no será buena, pero tampoco será bueno
perder a mi tío que es una de las pocas personas que queda en mi familia.
-Ahora
tú estarás en otro lado y yo aquí en esta mierda de soledad.
-Yo
siempre estaré a tu lado-le digo convencida-A pesar de la distancia.
-Se
me va a hacer difícil y eterno.
-No
puedo decirte que volveré pronto porque eso no lo sé, pero espero que todo se solucione pronto, y que cuando los
dos menos nos lo esperemos, estaremos juntos de nuevo-le sonrío- Y otra cosa,
si alguien pregunta por mí, no me conoces, ¿vale?
-Vale-dice
Angel con una sonrisa triste.
Le
abrazo con fuerza, retrasando el momento de separarme de él. Cuando por fin nos
separamos, Angel vuelve a juntar
nuestros labios, dejando claro que ese no va a ser nuestro último beso,
diciendo así que si hace falta ir a buscarme a Londres, él lo hará. Todos salen
de mi casa, yo vuelvo a mirarla por última vez, no me puedo creer que me vaya a
otro lugar, miro bien cada rincón, he tenido muy poco tiempo para guardar toda
una vida en cajas, pero lo he hecho. Richard que estaba en el taxi esperándome,
ahora esta detrás de mi. Todo esto es horrible, las ganas de llorar me invaden,
pero las aguanto, porque a pocas personas les consiento ver mis lágrimas. Mucho
me temo que si Ingrid no consigue mi custodia, quizá tenga que hacer una nueva
vida, una vida en Londres. La idea me aterra por lo que la aparto de mi mente a
la velocidad de la luz. Pienso en todo lo que ha pasado en tan poco tiempo.
-Cuando
quieras salimos en dirección al aeropuerto-dice Richard.
-Antes
voy hacer una llamada.
Cojo
el teléfono y tecleo el número de Ingrid, espero que este en casa. Tras una
serie de pitidos alguien lo coge.
-Ingrid,
soy Paula.
-Soy
Andrea, te paso ahora con mi madre.
-Ah
vale.
-Paula,
soy Ingrid.
-Hola
Ingrid, siento molestarte, pero necesitaba hacerte una pregunta
-Tú
nunca molestas Paula, dime.
-
¿Estoy haciendo bien lo de decirle a Angel, Dani y Lay… que si alguien
desconocido les pregunta por mi, no me conocen?, es que no quiero que les hagan
daño.
-Si,
precisamente es para eso.
-Vale,
pues entonces era eso…
-Otra
cosa, cuando llegues a Londres cambia tu aspecto y de móvil.
-¿Cómo?
Ingrid…
-Paula
debes hacerlo por su bien…
-Esta
bien, y te dejo ya, que mi avión va a salir. Chao
-Adiós,
Paula.
Corto
la llamada y me largo en dirección a la puerta, vuelvo a echar una ojeada a lo
que fue mi hogar durante 17 años, cumplidos hace solo tres días, el 3 de enero.
Cierro la puerta y me subo al taxi, que sale en dirección al aeropuerto. No
tardamos mucho en llegar. Richard me ayuda con las maletas y poco después ya
estamos a bordo del avión. Las horas se me van a hacer eternas, recuerdo las
lagrimas de Lay en la despedida y el “cuídate mi niña” de Dani. Los besos de
Angel, su abrazo y las promesas. Lo rememoro varias veces y al final acabo
cogiendo mi iPod para escuchar una canción. Not Alone de McFly.
Tras
unas horas…
Me
subo a otro taxi para dirigirme al barrio de Islington, concretamente al
distrito The Angel, miro por la ventanilla y veo un monumento que da nombre al
distrito, son unas alas metálicas parecidas a la de un Angel y que están al
lado de un centro comercial. Mi tío me lo cuenta todo, tanto como que Islington
está en la zona norte del interior de Londres, como que esta dividido en 16
distritos. Le presto atención, ya que este va a ser mi hogar durante un tiempo.
Llegamos a casa de mi tío. Es una casa de color blanco con ventanas azules al
igual que la puerta y la verdad parece muy acogedora. En la puerta nos esperaba
mi tía Joyce, a la que de pequeña llamaba Joy. La miro bien, hacia tanto que no
la veía, que me había olvidado de su aspecto, era joven sin embargo a mi tío
parecía que se le habían venido los años encima. A pesar de ser gemelo de mi
padre, Richard aparentaba más edad.
-Bienvenida
a casa, Paula.
-Hola
tía Joy.
Le
doy un fuerte abrazo, recuerdo cuando unos días atrás no le di ese mismo
recibimiento a mi tío, que ahora está pagando al taxista.
-Bueno,
voy a enseñarte cuál va a ser tu habitación.
Cogí
dos de mis maletas y las metí dentro de la casa, Richard cogió las otras dos
que quedaban, ninguna de ellas era precisamente pequeña. Seguí a mi tía
escaleras arriba, abrió una puerta y allí estaba mi nueva habitación. Las
paredes eran de color morado, el marco de la ventana y la puerta era blanco, el
resto de muebles también eran blancos, el cabecero de la cama eran como ramas
entrelazadas al igual que el marco del espejo que decoraba una de las paredes.
Todo era como la típica habitación de la princesita de la casa.
-Dime
¿Qué te parece?-Pregunta mi tía con una sonrisa.
-Es
muy bonita, me gusta.
-Me
alegro…
-Por
cierto ¿dónde esta Víctor? Hace mucho tiempo que no le veo.
La
cara de mi tía se ensombreció, Richard que en ese momento subía las escaleras
respondió a mi pregunta, pero con el tono que uso me dejo claro una cosa, me
había dicho con otras palabras“no quiero que menciones ese tema”.
-Esta
en Bexley, estudiando.
-Ah,
que bien…
-Bueno
vamos a subir tus maletas para que puedas instalarte ya.
Mis
tíos bajaron las escaleras y yo tras ellos, cogí dos de las maletas y mi tío
otras dos, cuando ya las habíamos subido mi tío me dejo a solas en mi
habitación para que pudiese llamar a Angel. Marque su número y tras un pitido
Angel contestó.
-Hola
princesa.
-Hola
mi amor.
-¿Ya
estas instalada en tu nueva casa?
-Si…
-Y
¿qué tal es?
-Es
bonita, muy acogedora y mi habitación es…debe de ser la mejor, parece hecha
para una princesa.
Angel
se hecho a reír, pero yo sin embargo solo dibuje una fina sonrisa en mis
labios.
-Angel,
Ingrid me ha dicho que tendré que cambiar de móvil…
-¿Por
qué?
-Supongo
que para que las llamadas me cuesten menos no se cosas de Ingrid…-aunque sabía
de sobra porque era.
-Mándame
tu nuevo número cuando lo sepas ¿vale?
-Si,
mañana mismo iré a cambiarlo y te mandare mi número en un mensaje.
-Bueno
y dime ¿dónde esta tu nueva casa?
-Pues…esta situado en un barrio del norte de Londres, concretamente en el barrio de Islington y en el distrito The Angel…
-Pues…esta situado en un barrio del norte de Londres, concretamente en el barrio de Islington y en el distrito The Angel…
-No
si tu no te vas a olvidar de mi…porque con el nombre del distrito…
-Por
lo menos con ese nombre rondando por aquí me sentiré cerca de ti. ¿Tu que has
hecho para sentirte más cerca de mi?
-Nada-dice Ángel.
-Nada-dice Ángel.
-¿Nada?-pregunto
confundida.
-No,
no me hace falta hacer nada para sentirte cerca. Para mí siempre estarás conmigo,
y no digo físicamente, sino en mi corazón. De él nunca vas a salir.
Una
nueva sonrisa se dibuja en mis labios, pienso en lo que me queda por delante,
en todo lo que va a tener que pasar para que yo pueda volver a su lado. Por un
momento me pongo a pensar en las consecuencias que tenga para mis tíos, pero
Angel me saca de ese mundo de pensamientos volviéndome a hablar.
-¿Sabes
ya a qué instituto irás?
-No mi tío no me lo ha dicho todavía, supongo que
iré al mismo que vaya Víctor…
-Ah…y
tu primo ¿que tal es?
-Pues
no sé, no le he visto, según me han contado mis tíos esta estudiando en Bexley.
-Entonces
ahora entenderás porque te han puesto esa habitación…vas a ser la niñita buena
de Richard…
-¿Qué?
-Paula,
si tu querido primo ya no vive en casa de sus padres, lo único que puede
significar que te den la habitación de la princesita, es que te vayan a tratar
como tal. No, más bien te van a tratar como a su hija pequeña, te van a dar de
mimos que no veas…
Por
un momento suelto una carcajada, pero luego lo pienso bien y me soy cuenta de
que quizá Angel tenga razón.
-Creo
que vas a tener razón.
-Si
es que soy muy listo, ¿o no lo ves?
-Listísimo…-digo
irónicamente.
-Lo
se…
-Bueno
Angel, tengo que instalarme, te llamo mañana al atardecer, ¿recuerdas?
-Claro
que me acuerdo, hasta mañana princesa.
-Hasta
mañana cariño.
Cortamos
la llamada a la vez y tras unos minutos de calma comienzo a colocar todas mis
cosas. Abro las puertas de los armarios y toda la ropa que tengo, poco después
solo me quedan dos maletas por abrir, en ellas están todas las fotos,
recuerdos…podría decirse que ahí está toda mi vida. Tras colocar todo, bajo las
escaleras para encontrarme con mi tía Joy.
-Bueno
ya te has instalado ¿no?
-Si…
-¿Quieres
que vallamos a dar un paseo y te enseño todo esto?-me pregunta mi tía con una
gran sonrisa.
-Vale…
Joy
abrió la puerta que daba a la calle e hizo un gesto indicándome que fuese yo la
primera en salir y eso fue lo que hice. Mi tía me enseñó cada una de las calles
de Islington, recorrimos los 16 distritos. Hicimos una parada en Highbury, mas conocido como Arsenal Stadium, aunque ahora de “Stadium”
no tenia nada. Aquello se había transformado en una serie de apartamentos de
lujo, que en vez de aportarte la idea de lujo te aportaban tristeza. Mi mente
en aquel momento se fue directa al 3 de septiembre del año pasado.
Hace
4 meses y 3 días…
El
sol todavía brillaba en el cielo, no había oscurecido todavía, hacia calor y
más en aquel campo de futbol.
-Tira
ya, venga que tú puedes…
-Angel
yo podré tirarte el balón, ahora que tu lo pares es otra cosa.
-Si
yo soy tan bueno como Iker Casillas… ¿o no lo ves?
Solté
una carcajada, Angel jugaba al futbol, pero precisamente no era ningún
Casillas. Aparte él jugaba al futbol por divertirse y hacer el tonto, no lo
hacia como ninguna competición, porque precisamente no jugaba muy bien.
-No
la vas a parar-Dije riendo.
-Y
si la paro… ¿Qué me das?
-¿Qué te parece si no te doy nada?
-¿Qué te parece si no te doy nada?
-A
una pregunta no se responde con otra pregunta y me parece mal algo me tienes
que dar…
-Pues
di tú.
-Si
la paro, me tienes que dar un beso, pero no me vale un simple piquito.
-Eso
no vale…eres un aprovechado-le reprocho.
-No
soy ningún aprovechado, bueno o quizá si, da igual. Aparte sé que no me darías
un simple piquito y sé que te gustaría-me dijo mientras sonreía malévolamente.
-Y
¿si no la paras?
-Pues…no
se…seré tu esclavo durante una semana.
-Vale
me parece justo…
-Muy
bien, pues ahora tira.
Estaba
segura de que iba a marcar, a Angel la portería se le quedaba demasiado grande
o eso me parecía. Cogí carrerilla y le di al balón con todas mis fuerzas
haciendo así que el éste se elevara. Cuando yo ya estaba cantando victoria, vi
como Angel saltaba y paraba el balón con las dos manos, lo dejo junto a la
portería y me miro.
-¿El
beso para cuando?-me dijo mientras sonreía-recuerda no me vale un simple pico.
Esto
me pasaba por estar tan segura de que iba a marcar. Empecé a caminar en su
dirección a regañadientes, el ya llevaba una temporada haciendo apuestas como
esa conmigo, pero yo siempre las esquivaba, tenía miedo a estropearlo todo.
-Bueno
aquí no ¿vale?-me dijo Angel.
-Vale.
Angel
fue el primero en salir del campo, le seguí hasta un callejón que había a pocos
metros del campo de futbol.
-¿Por
qué no querías que te diese el beso en el campo?
-Porque
no quiero andar publicándolo a los cuatro vientos.
-Publicar
a los cuatro vientos ¿el qué?
-Que
te quiero.
Le
mire a los ojos y vi que lo que decía era verdad, acaricie su pelo, deje caer
una de mis manos en su hombro la otra rodeaba su nuca, me incline y junte
nuestros labios una y otra vez. Angel me apretó contra el y coloco sus manos en
mi cintura, pero en un par de segundos se separo.
-Y
¿tu?
-¿Yo
que?
-¿Me
quieres?
-Te
quiero-le dije muy seria.
-Pero
¿solo como un amigo o como algo más?
-Si
te quisiese como un amigo no te hubiera dado el beso.
-Entonces
¿por qué al principio no querías besarme?
-Yo
no dije eso…-le sonreí.
-Pero
lo expresaste con otras palabras.
-Porque
tenia miedo a fastidiarlo todo…
-¿Cómo
que todo?
-La amistad. Además, pensé que tan solo me veías como…una amiga, mientras yo te miraba con otros ojos.
-La amistad. Además, pensé que tan solo me veías como…una amiga, mientras yo te miraba con otros ojos.
-Y
¿ahora te ha quedado claro con que ojos te estoy mirando?
-Sí,
lo tengo muy claro.
Angel
se arrodillo ante mí y muy serio, pero con mucho amor me miró, agarró mi mano y
dijo:
-¿Quieres
salir conmigo? Es decir, ser mi novia.
-Si,
quiero-le dije con rotundidad, como si de una boda se tratara.
-Estaré
contigo para siempre, siempre y por siembre, en lo bueno y en lo malo.
Angel
me sonrió y se levanto volvió a juntar nuestros labios, me volvió a apretar
contra él, cogió mis piernas he hizo que rodearan su cintura, encontrándose con
la piel desnuda de mis piernas y acariciándola con suavidad. Apoyo mi espalda
contra una pared y sus labios bajaron en dirección a mi cuello, mis manos se
metieron bajo su camiseta acariciando su espalda.
Oí
una voz que me sacaba de mis recuerdos, mi tía me estaba hablando. Joy me
hablaba de volver a casa para poder hacer la cena, yo le hice caso y la seguí,
aunque no podía apartar de mi mente aquel 3 de septiembre.
Aqui teneis el capítulo, espero que os guste. En este capítulo también a colaborado Paula. Comentar, besitos.
`perodn perdon perdon mil veces perdon por no leertesorry!!! me ha encantado o k pena me dan de k etesn separados!!!
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