Miro hacia mi izquierda y Dani sigue durmiendo, lo llamo entre
susurros y consigo que salga de su mundo de sueños. Acaricio su torso desnudo,
me acerco a él y le doy un beso.
-Buenos días canija.
-Buenos días corazón.
Me acerca hacia él y me besa, acaricia mi espalda desnuda, hace
rozar sus labios en mi cuello haciendo que un escalofrío recorra todo mi
cuerpo. Sus labios vuelven a subir, pero pasan de los míos y pasan a susurrar
algo en mi oído.
-Te quiero.
-Yo también te quiero.
-¿Qué tienes pensado hacer hoy?
-No se, yo quería que pasáramos el día juntos.
-Me parece una buena idea, pero ¿qué hacemos?
-No se, ¿vamos al cine?
-No, tengo una idea mejor, vámonos de picnic.
-Vale, pero ¿adónde?
-Eso es una sorpresa…
-Jooooo no vale.
-Ay se siente preciosa, pero es una sorpresa.
-No me lo vas a decir ¿verdad?
-No.
-Bueno vale pues entonces no te daré la lata.
-Acaso que quieras…
Mi móvil interrumpe a Dani, me acerco a la mesilla y miro el número,
veo que es Noelia.
-¿Qué quieres?
-¿Dónde estás? ¿Por qué no has pasado la noche en casa?
-Ya te lo he dicho. Me fui a la mierda…-le digo a Noelia, pero ella
me interrumpe.
-No me hables así que soy tu madre, con eso me quieres decir que estas en casa de
Dani, ¿verdad?
-Cuidado con lo que dices, a ver si voy a tener que ir ahí…
-¿Has desayunado?-dice interrumpiéndome y cambiando de tema.
-No, porque me acabo de levantar.
-Más te vale desayunar, te pienso pesar cuando vuelvas.
-¿Por qué?
-Porque sino acabaras anémica completa.
-Si te preocuparas de dejar de fumar, para que mi salud mejore y te
despreocuparas de mi peso…
-No juegues con eso…
-Juego con lo que quiero.
Cuelgo y dejo el móvil sobre la mesilla. Dani me dirige una mirada
de preocupación que yo esquivo, le doy un beso y me voy al baño. Pero pocos
segundos después Dani llama a la puerta.
-Lay…
-Dime.
-Para ir de picnic sabes que hace falta comer ¿No?
-Que si tranquilo, no empieces como Noelia.
-No voy a empezar como tu madre, pero es que estoy preocupado por
ti.
Abro la puerta y le doy otro beso.
-Lo se.
Dani me mira con cara de deseo, tiro de él hacia el interior del
baño y cierro la puerta. Apoyo mi espalda en la fría pared del baño, al
principio suelto un pequeño gritito y Dani se ríe. Le vuelvo a besar y después
mis labios bajan hasta su cuello, pero no lo beso tan solo lo rozo, oigo como
Dani empieza a soltar algún que otro pequeño gemido. Subo hasta su oído y le
susurro.
-¿Lo quieres?
Pero Dani no responde, automáticamente agarra mis piernas haciendo
que rodeen su cintura y sus labios se juntan con los míos, mis manos acarician
su torso y luego su espalda. Él desliza sus manos por mis piernas, luego suben
hasta el enganche de mi sujetador, lo desbrocha y deja que caiga…
Varias horas después…
Peino mi pelo con absoluto cuidado y me pongo la cazadora, lista
para salir. Me dirijo al coche y me meto en su interior, espero a Dani que esta
cerrando la puerta y después mete una bolsa en el maletero del coche. Pocos
segundos después noto como el se sienta a mi lado, me pone una venda en los
ojos y arranca el coche. Mi destino en estos momentos para mi es incierto. Me
duele el pecho, pero no le doy importancia, quiero pasar el día con Dani y
nadie me lo va a impedir.
Unos 15 minutos después siento que estamos llegando. Me encuentro
fatigada, pero intento que no se me note. Oigo como Dani abre su puerta, sale
del coche y lo rodea, se acerca a mi puerta la abre y me saca en cuello. Dani
anda unos veinte pasos y después me deja en el suelo, se acerca a mí y me quita
la venda. La primera imagen que veo es un precioso parque con una fuente en el
medio de un gran campo.
-¡Es precioso!
-Lo se.
-Y este ¿es tu lugar secreto?
-Si bueno, es el segundo lugar secreto.
-Pues ¿cuál es el segundo?
-Ahhh…ya lo averiguaras.
-Por fi dímelo.
-Tendrás que averiguarlo.
-Jooo…me haces pensar, ya sabes que a mi eso no se me da nada bien.
Encima cuando pienso no es para bien.
-Mal pensada…
-Todavía no he pensado mal, así que note adelantes chaval.
Dani se ríe y echa a andar hacia el coche, abre el maletero y saca
la gran bolsa, en la que lleva todo lo necesario para el picnic. Extiende una
manta y luego saca varias cosas, poco después Dani ya esta haciéndome comer
algo, es un bocadillo de chocolate.
Una hora después…
Tumbada sobre la manta miro el cielo, no hace un sol radiante,
tampoco esta despejado. Las nubes lo cubren todo y una leve brisa impregna el
aire de un olor a hojas secas, pero eso no hace que respirar se me haga más
fácil como por arte de magia. La garganta se me irrita y la tos es imposible de
aguantar, por lo que comienzo a toser y Dani se levanta para mirarme.
-Hay que dejar de fumar.
-Si, ¡cómo fumo tanto!
-Tu madre ¿no se lo ha planteado?
-No, lo peor es que parece que no me quiere, sabe que no es bueno
para mi salud y aun así le da igual.
-Pues, no se, ¿por qué no vas al medico a que te vea esa tos?
-Si tuviera quien me llevase.
-Yo mismo te llevare mañana por la mañana.
-Oh que amable, pero mi salud ¿no es cosa de mi madre?
-Pues ahora será cosa mía, ya soy mayor de edad por lo tanto puedo
cuidar de ti.
Le miro fijamente, le doy un beso en la mejilla y luego otro en el
cuello, pero vuelvo a acostarme. “Estar bien” no es precisamente mi estado en
estos momentos, pero no quiero fastidiar el picnic. Dani se tumba a mi lado y
acaricia mi mano haciéndome cosquillas. Se acerca a mí y noto su respiración en
mi cuello, acaricia mi brazo, pero pasa como un suspiro y su mano sube hasta mi
cuello, pasa y sube hasta mi mejilla. En esos momentos miraba al cielo, pero el
hizo que mi mirada se topase con la suya y acto seguido junto nuestros labios
en un dulce beso, pero la calma dura poco, las ganas de toser llegan pronto y
no lo puedo evitar. Me aparto de el rápidamente y comienzo a toser.
-¿Estás bien?
-Si tranquilo, igual es una simple posecilla.
-Yo creo que es asma.
-No creo, si fuese asma estaría peor…
-¿Te duele el pecho?
Esquivo su mirada, no quería fastidiar el picnic, ese maldito
catarro estaba ahí, aunque en ese preciso instante no sabía lo que era.
-Vámonos a casa, no te vayas a poner peor, mañana te llevare al
medico.
Comenzamos a recoger todo y nos metimos en el coche, dejamos atrás
aquel parque y pusimos como destino la casa de Dani. Miro por la ventanilla
como las cosas pasan rápidamente, así es como podría definir mi vida, rápida, aunque
también puedo decir que es impredecible, al igual que la de Paula, en ese
momento me acorde de ella. Pienso en que estará haciendo, su vida es todavía
más impredecible que la mía. Mi mirada recorre todas las imágenes que ante mi
se presentan, disfruto viendo como los niños juegan al pilla-pilla, me regalo
la vista viendo las flores de una floristería, viendo todo el colorido. Cuando
llegamos a casa, mi móvil comienza a sonar, en ese momento, mi vida es
completamente predecible. Es Noelia.
-Dime.
-¿A qué hora volverás a casa?-ahora su voz no suena irritada como
por la mañana, más bien suena calmada.
-Me voy a quedar a dormir otro día en casa de Dani.
-¿Otro día?
-Es que…no me encuentro muy bien…me cuesta respirar y no se si es del asma y
como tu fumas será mejor que me quede hoy.
-Pero…
-Tranquila, ya me va ha llevar Dani al medico mañana.
-Bueno vale.
-Bueno pues…
-¿Has comido?
-Si.
-¿Tiene Dani una báscula por ahí?
-Noelia…
-¡Pésate!
Aparto el móvil de mí y me acerco a Dani.
-Dani, ¿tienes una báscula?
-Si…¿te la traigo?
-Si por favor.
Dani hace caso de lo que le digo y va ha buscarla.
-Aquí tienes.
-Ok
Me subo a ella con miedo de lo que pueda pesar.
-51 kilos-digo en un susurro y ya predigo como Noelia va a comenzar
a gritarme.
-Pesas 3 kilos menos que hace una semana…
-Noelia te juro que hoy he comido.
-Comerías, pero eso no es normal estas anoréxica.
-Déjame en paz, no estoy anoréxica, no pasa nada por perder 3 días
el apetito.
-Laura o empiezas a comer o te llevo a un centro para desordenes alimenticios…
-Lo mismo podría decir yo, lo que pasa que en tu caso sería un
centro de desintoxicación y de paso un psicólogo que te diga que la salud de tu
“querida hija” es importante- mi tono de voz va en aumento- y que la tuya
también lo es, que tienes que cuidar tu salud para poder disfrutar de mí-esto
último lo digo con tanta rabia que comienzo a llorar.
-Laura…
-Pero parece ser que ni eso entiendes-le digo en un último sollozo.
Nada más colgar me desplomo rendida, Dani corre junto a mí, me
aguanta entre sus brazos y me mira con más preocupación que nunca. Me duele el
pecho y estoy tan cansada que creo que no voy a poder dormir. Mi móvil vuelve a
sonar, tirada en el suelo miro el número, es Paula. Por una parte una pequeña
alegría sale de mi interior, pero la tristeza me invade y empiezo a llorar,
hasta que consigo descolgarlo y por fin hablo con ella.
-¡Lay!-dice ella con alegría-por fin puedo hablar contigo, te echo
de menos.
-Y yo a ti-le digo con un tono de amargura.
-Nada, es que me encuentro algo indispuesta.
-Lay…
-Es que he discutido con Noelia.
-Y ¿qué ha pasado?
-Pues…que ya no se si volveré a casa.
-¿Tan fuerte ha sido la discusión?
-Si…esta no era como las otras, esta era la definitiva. Ya ha
demostrado que no me quería.
-Pero…¿qué te ha dicho?
Toda la discusión vuelve a mi cabeza, comienzo a marearme, pero
consigo volver en mi. Comienzo a tose, no puedo parar, me duele la garganta,
temo quedarme sin voz. Pero consigo hablar.
-Paula…siento tener que dejarte, pero es que me encuentro fatal,
mañana hablamos.
-Vale.
-Hasta mañana rubia.
-Hasta mañana canija.
Cuelgo y acto seguido me tiro a los brazos de Dani, para poder
llorar sin que el mundo me vea.