miércoles, 10 de octubre de 2012
Capítulo 24: Frío y gris
(POV Lay)
La sala de espera es fría y gris, es más bien una sala de la tristeza. Cojo la mano de Dani con fuerza, apoyo mi cabeza sobre su hombro y cierro mis ojos dejándoles descansar unos miserables segundos. Oigo como la puerta de la consulta se abre y un hombre dice mi nombre. Me levanto y tras de mi Dani, entramos en la consulta y el hombre nos ofrece asiento. Lo miro de pies a cabeza, su rostro refleja cansancio y sus ojos inyectados en sangre dan a ver que no ha pasado una buena noche, cuando por fin comienza a hablar su voz es la única que parece estar en buenas condiciones.
-Bueno usted es la señorita Laura, ¿podría decirme cual es su edad?
-Sí, tengo 17 años.
-Y este que viene con usted es su...
-Su novio-se adelanta a decir Dani.
-Ya bueno no tiene pinta de ser su padre, aunque pensé que era su hermano...bien, dígame ¿qué le ocurre?
-Pues vera me duele el pecho, tengo mucha tos y creo que esta mañana tengo el cuello más hinchado.
-¿Le duele la garganta?
-Si, pero no mucho, es más bien una simple molestia a causa de la tos.
-¿Le cuesta respirar?
-Si.
-También veo que tiene un poco de ronquera.
-Si.
-¿Podría decirme su peso?
-51 kilos.
-Es un peso excesivamente bajo para una chica de su edad, tendra que comer más o se quedara anémica.
-Ya lo sé, pero hace una semana pesaba tres kilos más.
-Es poco tiempo para perder tanto peso.
-Lo sé.
-Bueno, vamos a ver lo que le sucede.
El hombre me manda sentarme en la camilla, da orden de que me quite la camiseta y yo la ejecuto como buena paciente que soy.
Varias horas más tarde…
El hospital es todavía más gris y frío que aquella sala de espera, aquel hombre me ha dicho que la cosa es más grave de lo que se esperaba y que tendría que ir al hospital. Tras varias pruebas que me han hecho, nos han mandado a una sala de espera. Dani en estos momentos me mira más preocupado que nunca, nuestras manos temblorosas se agarran fuertemente. La tos acude a mí y dejo que salga, pero esta vez es diferente. Mi mano esta manchada de sangre, por lo que Dani se asusta y rápidamente llama a una enfermera, que me ayuda a parar la pequeña hemorragia que ha provocado esta estupida tos. Tras el pequeño susto todo vuelve a la normalidad, bueno a la normalidad no. Dani sigue preocupado y cada poco mira para saber si estoy bien. “Te pondrás bien” repite cada poco. Por fin el médico encargado de mis pruebas me llama a su consulta. Nerviosa acudo rápido y nada más entrar, veo que la cara del hombre no es como para pegar saltos de alegría.
-Tome asiento, señorita Laura.
Hago caso de lo que dice y me siento en una de las sillas próximas el escritorio. Dani hace lo mismo.
-¿Podría decirme su edad?
-Tengo 17 años.
-¿Usted fuma?
-No.
-¿Y él?
-No-responde Dani.
-Y ¿usted es?
-Su novio.
-A vale, ¿viven juntos?
-No, pero quizá dentro de poco lo hagamos.
-Y ¿hasta ahora con quien ha vivido usted?
-Pues con Noelia…es decir, mi madre-me suena raro llamarla madre, pocas veces se lo llamo.
-Y ¿ella fuma?
-Si.
-¿Podría aproximadamente decirme cuánto?
-Bastante, creo que dos cajetillas al día, pero diría que algo más.
-Vale, Laura, ¿usted tiene asma?
-Si.
-Y ¿su madre sabe que ella fume no es bueno para su salud?
-Si, si lo sabe.
-Bueno, pues…voy a decirle el diagnostico…todos los síntomas que usted presenta, se deben a que tiene cáncer de pulmón…
Dani me mira, yo en cambio miro hacia el suelo esperando a que se abra y me trague, pero nada ocurre. El alma se me cae a los pies, las ganas de llorar acuden a mí, pero no lo hago. Vuelvo a mirar al hombre.
-¿Esta muy desarrollado? ¿Se puede superar?
-No se muy bien si esta muy desarrollado, pero por lo menos se podría hacer un tratamiento y desde ahora te quedan…
-No, no lo quiero saber-digo algo arisca.
-Pero…-Dani intenta replicarme.
-No Dani, no quiero saber cuando me voy a morir y si lo voy a hacer o no. No quiero saber cuando va a llegar mi fin, tan solo quiero atrasarlo al máximo.
-Tranquila cariño ese día nunca llegara-dice Dani-haremos que no llegue.
-¿Cuándo empezare el tratamiento?-Pregunto a la vez que miro al médico.
-El lunes, te ingresaremos en la unidad de enfermos de cáncer. Aunque te haremos te haremos algunas pruebas más para saber si esta muy extendido.
-¿Cree que este cáncer esta metastizado de otra parte del cuerpo?
-Al principio lo pensé…pero si su madre fuma el causante es ese, el tabaco.
-Bueno pues…necesito salir fuera y…tomar un poco el aire…
-Nos vemos el lunes, señorita Laura.
-Bueno muchas gracias doctor-digo extendiéndole la mano.
-No hay de que-me dice estrechándome la mano-esperemos que tengas suerte y lo superas.
-Lo hare-le digo segura.
Dani y yo salimos por la puerta, andamos por el largo pasillo gris, esto es lo único que veré durante unos cuantos meses, solo esto y nada más. Me deprime la idea, pero aquí la fuerte tengo que ser yo. Dani comienza a llorar, le abrazo, me entristece saber que la causante de esas lágrimas soy yo. Cuando llegamos a la salida sus lágrimas no han cesado.
-Dani por favor no llores-le digo mientras sostengo su cara entre mis manos-por favor necesito tu apoyo ahora más que nunca.
-Pero es que…
-Dani por favor, haz como si fuese un simple resfriado.
-Y los meses que vas ha pasar en el hospital ¿qué?
-Puedes venir ha verme…
-Pero no es eso, no podrás salir para ver mis interminables partidos, tampoco podremos ir al cine, ni ver las puestas de sol, ni los amaneceres, ni ir a la playa…
-Dani merece la pena perderme todo eso si al final puedo estar contigo.
-Cuando todo esto acabe, ¿te vendrás a vivir conmigo?
-Si, ¿me podrías llevar ahora a casa de Noelia? Voy a buscar mis cosas.
Dani asiente con la cabeza y nos dirigimos a su coche, tras arrancarlo pienso en mi siguiente destino, el infierno. Cuando llegamos a mi casa le mando a Dani que me espere en el coche. Abro la puerta y directamente subo las escaleras, llego a mi habitación y cojo la maleta. Cojo toda mi ropa y lleno con ella mi maleta. Todas mis cosas la llena hasta casi no poder cerrarla. Pero cuando por fin consigo cerrarla oigo como alguien entra en mi habitación. Miro hacia la puerta y ella esta apoyada en el Marco, es Noelia.
-Pues ¿adónde te vas de vacaciones que estas haciendo la maleta?
-Me voy a vivir con Dani-se lo suelto sin rodeos.
-¿Qué? ¡Soy tu madre y debes vivir conmigo?
-Ya bueno, pues va a ser que no, me voy a vivir con Dani. Pero si te sirve de consuelo el lunes mi casa pasara a ser un hospital.
-¿Qué?
-Lo que oyes o ¿es que estas sorda?
-Pero, ¿por qué?
-Pues no se piensa un poco en que si tengo asma no es necesario que tu fumes, piensa en lo que puede provocar.
-¿Qué provoca?
-¡Provoca cáncer joder! Es que pareces tonta.
-Pe-pe-pe-pero no hace falta que te vayas a vivir con Dani, quédate dejare de fumar.
-Noelia date cuenta que dejar de fumar ahora no me va a servir de ahora. Sabes de sobra cuando deberías de haberlo hecho.
-Quédate por favor.
La miro fijamente a los ojos, miro a un lado, veo una foto de mí y de mi madre. Yo era pequeña y claramente ella mucho más joven, mi infancia nunca fue muy normal aunque se me veía feliz. Vuelvo a mi realidad, cojo la foto y la miro.
-No…piensa, reflexiona…en el qué perdiste y el porque-le digo mirando fijamente la foto.
Le doy la foto, abandono la habitación y bajo las escaleras. Cruzo la puerta, meto la maleta en el maletero y me subo en mi “taxi” para abandonar el infierno e ir hacia “una nueva vida”. Tras pasar cinco calles marco el número de Paula, varios pitidos hacen que mi espera sea eterna, pero parece que por fin va a responder.
-Paula..-
-Soy su tía Joy, Paula ahora esta ocupada, ¿quieres que le deje algún recado?
-No, pero muchas gracias, la llamare más tarde.
-Ok, hasta luego.
-Hasta luego.
Meto el móvil en mi bolsillo, dejo que mi cabeza se apoye en la ventanilla y cierro mis ojos para no abrirlos hasta que algo o alguien me haga abrirlos.
Diez minutos después…
Mi mente esta más allá del mundo de los sueños y esta llegando al del completo vacío, la canción “Helena” de My Chemical Romance comienza a sonar en mi móvil. Paula me esta llamando, descuelgo y contesto:
-Hola Paula.
-Hola Lay, ¿qué querías?
-Pues…es…que ¿cuándo volverás?-le pregunto al borde de las lágrimas-¿sabes más o menos cuánto te queda ahí?
-No, no lo sé, el juicio por mi custodia empieza el lunes. Pero ¿por qué lo preguntas?
-Es que…era para saber si te volvería a ver…para saber si me tenía que despedir ahora…
-¿Qué? No entiendo…
-Paula, me estoy muriendo-le digo amargamente.
-Pero tranquila sobrevivirás, estar tan lejos de mi no es tan malo…
-No Paula, me estoy muriendo de verdad, tengo cáncer de pulmón-finalmente rompo en llantos, sin poder ser lo suficientemente fuerte.
Siento como ella se esta aguantando las lágrimas, intenta calmarse, oigo como intenta moderar su respiración. Y por fin dice:
-No te vas a morir.
Bueno aqui teneis otro capítulo, besitos, comentar.
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