Es la enésima vez que me levanto de la cama esta noche. Bajo a
la cocina a por un vaso de leche sin dejar de pensar en lo que pasó con John.
Intentó besarme, pero ¿por qué? Esa pregunta se repite una y otra vez en mi
mente. ¿Y si lo hubiese hecho?
Pero no lo hizo. No le dejé. Al menos eso hace que me sienta
un poco mejor conmigo misma.
Subo nuevamente a mi cuarto e intento dormirme. Mañana será
otro día.
…
Salgo de la ducha 15
minutos después de entrar, me visto rápidamente y bajo a desayunar.
-Buenos días- Digo bostezando.
-Buenos días Paula-contesta mi tía Joy- ¿Has dormido bien?
-Si…-miento.
-Me alegro- Por cierto, hoy teníamos pensado ir a comer a un
restaurante que abrieron hace poco, ¿te parece bien si te recogemos a la salida
del instituto?
-Eh… es que… he quedado con Andrea en que hoy comía en su
casa, para luego hacer un trabajo de clase-Improviso. No puedo decirle que he
quedado con Víctor- Si no os importa claro.
-Bueno, entonces… da igual, no te preocupes, yo se lo digo a
Richard, seguro que no le importa.
-Gracias tía Joy-Digo dándole un sonoro beso en la mejilla y
saliendo de casa.
Llego a clase y me dirijo a mi sitio mientras le echo una
mirada a Andrea que claramente significa “tenemos que hablar”. Ella me mira con
curiosidad, pero me siento en mi sitio, decidida a no decirle nada hasta la
hora del recreo.
La clase de historia pasa rápido, y en cuanto suena el timbre
que indica el cambio de clase, Andrea está a mi lado pidiéndome que le cuente
qué pasa.
Pero el profesor entra en clase, así que, vista su
impaciencia, decido escribírselo en una notita que le paso obviamente sin que
el profesor la vea.
-¿QUÉ?-Grita en medio de clase.
Todo el mundo nos mira, como no podía ser de otro modo, y el
profesor se dirige a nuestro pupitre, cogiendo la nota que Andrea aun sostiene
en sus manos.
-Ustedes dos, fuera de clase.-Es lo único que dice mientras
nos señala la puerta con cara de pocos amigos.
-Pero, ¿se puede saber por qué coño pegaste ese grito en
clase?-Digo una vez fuera.
-¿Cómo que por qué?-Dice como si fuese lo más normal del
mundo-¿Es verdad lo que ponía en la nota?
-Pues claro que es verdad, ¿para qué me lo iba a inventar?
-Ay no sé… -Se queda pensativa- ¡Dios es que
tienes una suerte!
-¿Pero qué suerte? ¿A eso le llamas suerte?
-Vamos a ver, ¿cómo llamas tú al hecho de que un
tío así te intente besar?
-Desgracia, yo lo llamo desgracia-Digo seria.
-Tú eres tonta.
-¿Pero cómo que soy tonta? ¿Qué querías que
hiciera?
-Pues cualquier cosa menos salir corriendo.
-Pues fue lo primero que se me ocurrió hacer…
Habría que verte a ti en esa situación…
-Mejor no te digo lo que hubiese hecho yo en esa
situación…-Dice con una sonrisa insinuante.
-Anda que…
Y tocó el timbre que indicaba que la segunda clase
del día había terminado. Entramos en clase una vez hubo salido el profesor y
nos sentamos en nuestros respectivos pupitres dando el tema por zanjado.
A la hora del recreo Andrea volvió a la carga con
lo mismo, y a la salida también, como no podía ser menos.
-Bueno yo me voy que quedé con mi primo y ya debe
estar esperándome-Digo.
-¿Con el hijo de Richard?
-Sí, con Víctor, ¿por?
-No, por nada. ¿Y dónde quedasteis?
-En Square
Mile.
-Pues te acompaño hasta
allí, que me pilla de camino.
Sí, la pillaba de
camino, pero veía mucho interés por su parte en ir conmigo.
-¿Por qué estás tan
interesada?
-¿Yo? Por nada… No me
interesa, solo digo que me pilla de camino
-Ah, pues vale…
Caminamos hasta llegar a
Square Mile. Entré en el Starbucks y Andrea hizo lo propio.
-Andrea, tengo que
hablar con mi primo de algo importante, no es por echarte, que ya sabes que tú
nunca molestas… pero…
-Ya lo sé, y ya me voy
ahora, pero ¿no me vas a presentar a tu primo?-Dijo con una sonrisa.
-Jajajaja claro que sí,
ven.
Nos encaminamos hacia la
mesa del fondo, donde estaba Víctor.
-¡Hola!-Le saludé-Esta
es Andrea, la hija de Ingrid.
-Encantado-Dijo mientras
le saludaba con un beso en la mejilla.
-Igualmente-Dijo ella,
roja como un tomate.-Bueno… yo mejor me voy y… os dejo que habléis a solas.
-Luego te llamo-Le dije
para despedirme.
Andrea salió del Starbucks
y vi cómo Víctor se la quedaba mirando, a la vez que ella se giraba para
mirarnos también, o mejor dicho, mirarle a él.
-Bueno ¿qué?-Le distraje
de sus pensamientos-¿Me cuentas eso tan importante?
-Sí si, pero mejor
siéntate.
Le hice caso y me senté
en frente a él, esperando a que empezara a hablar.
Bueno, este capítulo es corto y no muy importante para el desarrollo de la historia, aun así, esperamos que os guste y que comentéis. Besos :)
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