El final de las escaleras era…realmente no se lo que era, no podría describir aquella sensación. Nada más bajar el último escalón alguien se abalanzo sobre mi para abrazarme, mis brazos no rodearon a aquella persona que me estaba abrazando, no sabía quien era ni tenia motivos para abrazarle. Me separe rápidamente de aquella persona y me esforcé en reconocer a aquel extraño.
-¿Víctor?-fue lo único que alcance a decir.
-¿Qué tal estás Paula? Me alegro mucho de verte.
-Yo también…es decir me alegro de verte a ti…
-Hacia ya mucho tiempo que no nos veíamos, 12 años…
Víctor siguió hablando, pero yo rápidamente abandone ese mundo y me fije en él. Era igual que mi tía Joy, tenía el pelo negro y la cara ovalada, en lo único en que se parecía a Richard era en aquellos ojos verdes, pero que casi eran cristalinos. La voz de Joy nos llamo la atención, era la hora de cenar y teníamos que ayudar a preparar la cena. Poco después todos nos sentamos en la mesa y comenzamos la cena, que poco a poco se fue convirtiendo en una guerra entre Víctor y Richard.
-Bueno Richard espero que cuides bien de mí querida prima.
-Tranquilo…no te preocupes.
-Tan solo espero que no la vuelvas a perder otra vez-dijo Víctor haciendo especial hincapié en estas dos últimas palabras.
-Eso no volverá a ocurrir…
-No si me espero que no, especialmente ahora que te has quedado tan solo…Bueno perdón solo llevas ya 7 años si mis cálculos no son malos.
-Si para lo que has venido aquí es para meter el dedo en la yaga…
-En que yaga si tú nunca has tenido ninguna yaga, ni yaga ni corazón…
-Puedes irte por donde has venido.
-No antes de irme quiero contarle algo a mi primita…
-Tú ahora no le vas a contar nada. Te vas a ir a tu casa y vas a calmar esos ánimos.
-¿No se de que ánimos me estás hablando?
-Víctor por favor cálmate-dice Joy intentando tranquilizarlo-Paula por favor sube a tu cuarto.
Asiento y me levanto para largarme, pero Víctor lo impide. Agarra fuerte mi brazo.
-No podéis mantenerla en la ignorancia para siempre.
-¡Víctor déjala en paz!-le grita mi tío- Paula cariño sube a tu habitación.
Suelta mi brazo y deja que suba a mi habitación. Subo las escaleras y dejo atrás aquella guerra que en parte considero mía o más bien pienso que es por mi culpa. Cierro la puerta de mi habitación y todavía escucho la pelea de Richard y Víctor, prefiero no escuchar por lo que enciendo mi ordenador y pongo música. Rebusco entre fotos de mi infancia alguna que me diga por que pasa todo esto, pero al no haber ninguna que me de una explicación me acabo rindiendo. Dejo mi mente en blanco unos segundos, pero poco después me concentro en la música, empiezo escuchando “Always” de Bon Jovi y acabo mi paraíso musical escuchando “Heaven” de Bryan Adams. El paraíso musical se acaba cuando Joy entra en mi habitación con cara de preocupación, se acerca a mi cama y se sienta a mi lado.
-Lo siento…
-¿Por qué?
-No lo se, porque quizá soy la única que se siente culpable…
-La culpa de que todo esto pase es solo mía, no tienes por qué disculparte, la discusión entre Richard y Víctor giraba entorno a mi y algo más que yo sigo sin comprender… Víctor tiene razón, sigo en mi mundo de ignorancia.
-Paula no le des vueltas…tienes que asimilar todo esto poco a poco, sabes que no es fácil, pero sabes que estaremos a tu lado, aunque tu tío no muestre ningún cariño hacia ti en realidad te quiere mucho.
-Si bueno ya noto como intenta alejarme de mi pasado, no se si es para que sufra menos o para tapar algo…
-Déjalo no le des más vueltas…
-Por lo que veo tú también lo intentas, no creo que podáis impedir que algún día sepa la verdad que debéis estar ocultando.
-Yo no oculto nada…pero aun así te pido perdón por lo de esta noche.
Mi tía se acerca y me besa la frente, sale de mi habitación y me deja con mi soledad. Conecto mis auriculares al portátil y vuelvo a poner música. Apoyada en el cabecero de la cama, escuchando música y mirando en dirección a la ventana paso varias horas, viendo la nieve caer. Pasa el tiempo y cuando me doy cuenta mi movil esta sonando. Miro la pantalla, es Víctor, me pregunto de dónde a sacado mi número y descuelgo.
-Hola Víctor.
-Hola Paula, siento haberme descontrolado en la cena…
-No te disculpes, si toda esta mierda la he provocado yo…
-No Paula, no te eches la culpa... ¿podríamos quedar mañana?
-¿A qué hora?
-Pues…cuando salgas del instituto, si quieres te paso a recoger ¿a qué instituto vas?
-No hace falta, quedamos en Square Mile, en Westminster, en el Starbucks que hay al lado de Victoria Station ¿ok?
-No llevas más de un mes aquí y ya ¿sabes donde queda un Starbucks?
-Si, es que aprendo rápido…a excepción de las mates claro.
-Jajajajajajaja, bueno pues entonces te espero en Victoria Station.
-Vale, bueno me voy a llevar a una amiga, es que luego tengo que hacer los deberes con ella y así vamos de seguido.
-Bueno…vale.
-Bueno pues hasta mañana.
-Hasta mañana.
Cuelgo y dejo el móvil sobre la mesa. Me vuelvo hacia mi cama, me desvisto he intento dormir, aunque me cuesta. Mi cabeza esta llena de imágenes que quizá desearía borrar, intento dejar mi mente en blanco, pero no lo consigo. Cierro los ojos y aun así todo sigue, no lo puedo soportar y no puedo evitar pensarlo, si mi padre estuviese aquí…
Necesito tomar el aire para que mi mente se despeje un poco, aparte no quiero llorar en un lugar en el que me puedan oír y no sepan consolarme. Calmarme lo puedo hacer sola por lo que me visto y cojo las llaves, abro la puerta de la entrada con mucho cuidado para que mis tíos no se despierten y salgo. Podría decirse que estoy algo loca saliendo a estas horas de la noche por las calles de The Angel, pero no creo que haya algo mejor para apartar todas esas imágenes de mi cabeza. Ando hasta un pequeño canal que hay a dos calles de mi actual casa. Me siento en las escaleras próximas al agua y me quedo mirando como la luna se refleja en ella, subo mi mirada hasta ver la luna y alrededor las estrellas. Pienso en cuando decía que mi madre era un ángel, que vivía en el cielo y las estrellas eran las pequeñas lamparitas de su nueva casa. En ocasiones pensé que eran sus lágrimas, por no poder disfrutar de su niña tanto como ella hubiese querido. Hace frío, pero no me muevo ni un ápice estoy inmersa en un mundo del que no quiero salir, por fin pienso en algo que me pueda aportar un poco de felicidad, aunque sea un misero rayo de felicidad, por lo menos la aporta. Pienso en mi regreso, volveré a ver a Angel, a Lay y a Dani, dejo que mi mente vuele hacia mundos felices. Tras unos minutos, noto como alguien torpemente se sienta a mi lado, me giro para ver quien es el loco que interrumpe mi tranquilidad. Aquel loco me conocía, se acerco y sus labios se posaron sobre mi mejilla, me abrazo muy fuerte como si tuviera miedo de que me escapara… Le miro varias veces y no puedo evitar sonreír, no puedo evitar sentir una gran felicidad. Me permito hacerme preguntas como ¿qué hace aquí? Y cosas así, pero al segundo dejo de hacérmelas, mejor que este aquí a mi lado, no quiero que se vaya.
-No me gusta que salgas por la noche.
-Lo sé.
-Entonces ¿por qué no me haces caso?
-Porque soy el espíritu de la contradicción.
-Ya bueno… ¿qué hace aquí a estas horas?
-Olvidar, como no tengo la maquinita de los hombres de negro, pues me vengo aquí a ver si soluciono algo.
-…no se que quieres que te diga. Nunca he visto los hombres de negro.
-¿En serio?
-Nunca los he visto.
-Pues parece raro viendo como vistes…
-He que me visto de muchas formas.
-Pues yo tan solo te veo de traje y corbata, pareces un abogado.
-Es lo que intento, pero me vas ha decir que no estoy sexy con mi traje.
-Jajajajajajajajajajajaja, tan solo voy a decir que te queda bien.
Nos quedamos en silencio, un silencio que por momentos me pareció eterno. Concentrada en mis pensamientos miro las oscuras aguas del canal. Sus manos se posan en mis hombros y me giran hacia él, se acerca a mí hasta el punto de poder escuchar su respiración, de notar como su corazón se acelera. Sus labios se van acercando a los míos, pero lo impido, me pongo en pie y hecho a correr de vuelta a casa. Abro la puerta con cuidado y subo hasta mi habitación, me desvisto y vuelvo a meterme en mi cama. Aunque vuelvo a intentar dormirme, no lo consigo, el sueño se ha vuelto contra mi, abandonándome por completo y haciendo que a la par en un par de horas su abandono me haga rememorar malos momentos, haciendo que intente averiguar cosas, haciendo que siga en mi mundo de ignorancia.
Bueno aquí tenéis otro capítulo, esperamos que os guste. Comentar, besitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario